El primer tramo de la pretemporada ha despertado en el vestuario cierta sensación de asombro en lo tocante a la figura de Rodrigo Moreno. Plantilla y cuerpo técnico han quedado gratamente sorprendidos con el cambio que ha reflejado el atacante hispano-brasileño durante la estadía en Austria y los posteriores días de trabajo en Paterna. Y es que después de una temporada en la que la ansiedad y los episodios conflictivos acapararon prácticamente todo el peso de su contribución al equipo, Rodrigo ha vuelto como nuevo y está convencido de que este será su año. Ha reseteado en vacaciones, ha aprendido cómo debe relativizar la presión a la hora de competir y sabe que no tiene que obsesionarse con el gol. Tiene las condiciones, una gran capacidad de trabajo y se desvive por triunfar en Mestalla. Atrás deja un serial de momentos en los que la negatividad llegó a mediatizar sus actos el curso pasado. No conseguía aprovechar sus oportunidades, saltaba a la mínima y eso le perjudicó. Ahora está preparado para convencer y demostrar que ha aprendido la lección. Esa la sensación de la pretemporada, aquí hay otro Rodrigo.

La evolución que está llevando a cabo el joven atacante trasciende además los límites del terreno de juego. Sabe que este año tiene que ser más determinante sobre el césped y por si fuera poco desde que se reincorporó tras las vacaciones, en el vestuario calza un rol distinto al que tenía en su primera temporada. Hay cosas que difícilmente podrá cambiar porque van unidas a su personalidad: él es reservado, tímido y bastante callado, pero en las últimas semanas ha conseguido dar un paso al frente y cultivar una personalidad un poco más integradora. Cada vez tiene más peso en el dentro del vestuario del Valencia, en tierras austriacas tendió la mano a los canteranos y está ejerciendo de anfitrión para facilitar la adaptación de jugadores recién llegados al club como en el caso de Danilo Barbosa. Rodrigo sabe que la temporada pasada le tiene que servir como punto de inflexión. Una experiencia para desarrollar todas las facetas que se le adivinan como futbolista y marcar más goles para conquistar el corazón de Mestalla.

Esta es precisamente su asignatura pendiente para este curso. Y es que a pesar de que ha jugado fuera de sitio prácticamente en todo el año, cuatro son muy pocos goles para un jugador de naturaleza ofensiva como él. Sin ir más lejos, en la rueda de prensa que dio nada más aterrizar en la concentración de Salzburgo, el valencianista remarcó que va a "intentar meter más goles y tener un papel más protagonista en el equipo", del mismo modo que reconoció que el año pasado se equivocó "en algunas situaciones" y pecó "de inmadurez".

Todo por demostrar

Sin lugar a dudas, un año del que aprender para no repetir los errores del pasado. Reconoce que las cosas no han salido como esperaba cuando llegó procedente del Benfica y está dispuesto a todo para triunfar. Las buenas sensaciones van acompañadas además de un gran momento en el apartado físico del futbolista, que ha llegado a los primeros ensayos del verano en un punto de forma física que tiene muy esperanzado al cuerpo técnico y quiere demostrarlo sobre el césped. Cuando fue expulsado ante el Rayo —la tercera de la temporada— lo pasó verdaderamente mal. No volvió a jugar hasta la gira por Estados Unidos. Los suyos no le han dejado de lado y ahora vuelve como un auténtico animal. Rodrigo quiere ser uno de los nuevos ‘fichajes’.