Cayó la tormenta del siglo y se desplomó el escenario: eso pasó en 1997, la primera vez que Gaizka Mendieta, entonces todavía futbolista, visitó el Festival Internacional de Benicàssim. Ardió la maleza a escasos metros del recinto y se levantó un huracán indomable que obligó a suspender una de las jornadas: eso pasó en 2009, la segunda vez que Gaizka Mendieta, entonces ya exfutbolista, visitó el Festival Internacional de Benicàssim.

Lo deberían imprimir en las entradas. Aviso: Mendieta está en el FIB.

La XXI edición del festival tocó anoche el cielo icónico de los noventa, con Blur y Los Planetas, pero de momento, pese a Gaizka, a excepción del susto en forma de lluvia efímera durante la tarde, no ha pasado nada grave. Quien fuera futbolista internacional está disfrutando del fin de semana, y ha estrechado lazos con Los Planetas. La relación viene de lejos e incluye el nombre del futbolista en uno de los versos más célebres («Mendieta ha marcado un gol realmente increíble) de Un buen día, uno de los hits de la banda de Granada. El rumor que nació imparable en la mañana de ayer culminó alrededor de la madrugada, en una estampa mítica de inmediato. Mendieta siempre fue una rareza en el gremio futbolístico. En el vestuario del Valencia solo podía compartir inquietud musical con Björklund, que para algo nació en Suecia. La tercera visita de Gaizka al FIB fue en 2011 y si obviamos el descenso administrativo a Tercera del Club Deportivo Castellón, su primer club profesional, no hubo drama que lamentar. En aquella ocasión, Mendieta exhibió gusto melómano a los platos, en el escenario Fiberfib, pinchando junto a Arizona Dylan y Juan Vitoria bajo la máscara de Gasteiz Gang. Pero anoche no hubo máscara. En plena actuación de Los Planetas, Mendieta salió al escenario principal del FIB como el capitán que sale al césped para disputar la final de las finales. Tomó una guitarra y tocó Un buen día con Jota, Florent y compañía.

No es Mendieta el único exdeportista célebre en Benicàssim. Otro habitual es Jorge Garbajosa, quien fuera campeón del mundo de baloncesto y jugador NBA incluso. A todo el mundo le parece bien, siempre y cuando no se le plante delante, con sus 2.06 metros de altura, a mitad de un concierto.

Porque crece el nivel musical de la cita y en consecuencia crece la afluencia al festival y crecen las ganas de conciertos. Más allá de los reclamos obvios y eficientes de Blur y Los Planetas, el FIB enseñó ayer lustrosa clase media con Curtis Harding, Frank Turner y Mark Ronson, casi uno detrás de otro en irresistible menú degustación. El nivel no decrece para la jornada del domingo, quizá la más rica y variada de la semana, a la estela de la turbina de sonido de Portishead, con los pioneros del rap Public Enemy, el combo FFS (la unión entre Franz Ferdinand y Sparks) y un picoteo para todos los gustos. Desde los populares Vetusta Morla a la ruidera distorsionada de Crocodiles, pasando por la juventud interesante de Belako o el bonito círculo que cerrará la banda castellonense deBigote: de servir copas en las barras de la primera edición del festival a actuar en el escenario principal, hoy, en la vigésimoprimera.