La visita de la Roma a Mestalla reviste una trascendencia máxima y la plantilla ya prepara el partido a consciencia. Con unos días todavía por delante para la cita, Nuno acaricia la idea de resolver a su equipo en un sistema 4-3-3, el dibujo táctico que utilizó en la mayor parte de la temporada pasada y que además es con el que se sienten más cómodos los futbolistas. Una disposición en la que reconocen de memoria sus parcelas en el terreno de juego, tienen claras cuáles son sus funciones y se realzan las virtudes de un equipo cuyas posibilidades de éxito pasan por la solidez defensiva y el contragolpe. Sin embargo, en el enfrentamiento con el Oporto en el Rhein Energie Stadion, el Valencia desprendió sensaciones propias de un equipo atascado y sin soluciones. En la vuelta al trabajo en Paterna, el técnico portugués ha puesto en el ´top´ de sus prioridades machacar la presión y el contragolpe con el objetivo de recuperar la identidad y los fuertes del equipo.

«La idea no es correr de un lado para el otro», les repite constantemente Nuno Espírito Santo a sus jugadores. El técnico ha vuelto de Alemania con una idea en su cabeza: recuperar el protagonismo del Valencia en el centro del campo para que vuelva a carburar ante la Roma y eso pasa por garantizar el orden táctico y ejercer bien la presión al rival. Tanta es la importancia que tienen estos dos aspectos para el luso que en la sesión matinal de ayer abroncó a Rúben Vezo por no salir rápido y fuerte en la presión. «¡Muito mais forte, salta Rúben, caralho!», le decía al zaguero portugués en una apreciación táctica que resonó en toda la Ciudad Deportiva de Paterna.

Hay que morder al contrario y urge también encontrar soluciones al cortocircuito que escenificó el Valencia ante el Oporto en la zona de la medular. Por ese motivo organizó ayer unos ejercicios de posesión del esférico y advirtió a Parejo «hay que acelerar el juego del mediocampo». La acción del centro del campo es la clave para que el equipo tenga continuidad, es ni más ni menos que el termómetro. Si el Valencia recupera bien y pronto, ataca mejor porque está más cerca del área rival. El técnico demanda más ritmo a sus jugadores, sabe que el Valencia es un equipo tácticamente limitado y que las posibilidades de éxito pasan por la intensidad y un ritmo alto en la medular, dos puntos que se han visto resentidos de manera considerable con la ausencia de André Gomes y que los técnicos esperan corregir con la aportación de Danilo Barbosa. Para aumentar la intensidad y tener al equipo en punta de gas, el míster está concediendo protagonismo al trabajo de fuerza: los jugadores pasaron parte del día en el gimnasio. El último aspecto clave que Nuno trabaja para cambiarle la cara al Valencia de cara al encuentro contra la Roma es la finalización. Los atacantes ensayaron jugadas de definición con centros desde las bandas, justo lo que faltó ante el Oporto el pasado sábado.