Este próximo miércoles el Valencia recibirá al AS Mónaco, a priori, el rival más complicado de los que le pudieron tocar en suerte en el sorteo de la previa de la Champions el 7 de agosto. El monegasco es un bloque que crece a pasos agigantados de la mano del técnico Leonardo Jardim, a pesar del adiós de un futbolista esencial como Kondogbia o la negativa a jugar del central Abdennour. En Francia los expertos consideran que el equipo del Principado puede competir de tú a tú la Ligue1 este curso al Paris Saint Germain. «Ahora el Mónaco es tan fuerte como el PSG. Cuenta con un poderío ofensivo excepcional y un gran rigor defensivo», explica Hervé Renard, míster del Lille.

Sin embargo, como demostró el propio equipo de Renard el pasado viernes, el Mónaco es también un conjunto con puntos débiles al que es posible hacerle daño. Los Dogos fueron capaces de llevarse un punto del estadio Louis II «gracias a una enorme solidaridad». «Esta noche todo el mundo se ha sacrificado por el bien del colectivo», dijo después del partido el entrenador del Lille. En la segunda mitad, incluso, los norteños disfrutaron de una gran ocasión al final del partido para haber sumado los tres puntos. A Renard no le importó ser sincero y admitir que las bajas de João Moutinho y Kurzawa en los segundos 45 minutos, sobre todo la del prometedor lateral francés, «marcaron la diferencia en el partido».

Los dos, Kurzawa y Moutinho, son futbolistas básicos para Jardim, dos piezas que plasman en la hierba con excelencia la filosofía del entrenador. El mediocentro portugués es el principal encargado de lanzar los ataques en vertical que caracterizan al Mónaco. El hecho de que una lesión lo aparte por completo de la previa es un alivio para un Valencia que, en cambio, no podrá dejar suelto a su probable recambio como lanzador de los contragolpes, Bernardo Silva. Contraataques que Kurzawa explota con potencia y calidad por el carril izquierdo.

Horas antes de que el Lille frenase a los de Leo Jardim, Hervé Renard y un marroquí ex del Mónaco, Mounir Obbadi, descifraron los secretos con los que neutralizar al rival Champions del Valencia. Unas claves que también maneja Nuno Espírito Santo. La cooperación en el trabajo de los once jugadores obsesionaba al técnico del Lille. «Es necesaria más solidaridad defensiva de lo normal, una prueba de inteligencia y rigor táctico frente a jugadores rápidos e imprevisibles», apuntó. El mediocampo de Nuno deberá encargarse de taponar a Silva mientras la línea defensiva tendrá terminantemente prohibido dejar espacios libres a los veloces Martial, Cavaleiro, El Shaarawy o Dirar. Frente a adversarios de peso, como el Valencia, el Mónaco se siente cómodo al contragolpe, motivo por lo que gana enteros que Martial haga de ´9´ el miércoles.

El Mónaco es «peligroso» también cuando «recupera el balón arriba». El desequilibrio y la «explosión» por los costados provoca que rápidamente sus extremos o un rematador como Guido Carrillo sean capaces de penalizar un error cometido en la parte de atrás. En la salida de balón Mustafi, Vezo o Enzo no podrán dormirse y asegurar la llegada de la pelota a hombres como Parejo, De Paul, Feghouli o Rodrigo. En el lado contrario del campo es donde el bloque de Nuno deberá «ir a atacar y crearles problemas», según los consejos de Obbadi. Esta es una de las principales debilidades del Mónaco, donde la pareja más sólida de centrales la forman los veteranos Carvalho (37 años) y Raggi (31), jugadores que han perdido velocidad y si se les presiona de cerca sufren con el esférico en los pies antes de encontrar a Toulalan o Pasalic.

«Ellos tienen experiencia. Son un grupo homegéneo que juega bien», añade el ex del Mónaco. Los monegascos saben acoplarse a cada escenario. En su país hacen una presión adelantada, aunque en Europa es más calculada; todo dentro de un esquema versátil que jamás se desarma y donde la línea de cuatro más Toulalan no suele desquebrajarse. El Valencia tendrá enfrente un rival que se le parece demasiado en su corte y confección.