Al Valencia le ha llegado el momento que lleva esperando desde hace algo más de un año, cuando Nuno Espírito Santo aterrizó en el banquillo de Mestalla y se trazó un camino de regreso a la Champions después de dos temporadas de ausencia en la competición.

Plantilla, cuerpo técnico y afición se saben a estas alturas a un solo paso de volver a tocar las estrellas con la yema de los dedos. Detrás, cientos de fotografías captan en esencia todo el trabajo, la tensión competitiva y el sufrimiento de un equipo que se impone su regreso como una necesidad de primer orden para poder dar continuidad a un proyecto joven pero con aspiraciones. Por delante, al conjunto de Nuno le esperan este martes noventa minutos de máxima exigencia. El Louis II, escenario de una de las aficiones más desarraigadas del continente, se inflamará para la ocasión a todo voltaje, pero no precisamente como pidió Leonardo Jardim después de empatar con el Toulouse: el valencianismo ha tomado Mónaco y no quiere salir de allí sin un billete para la Champions. El encuentro esconde más de mil motivaciones y a eso de las nueve menos cuarto entrarán en juego las aspiraciones de dos temporadas completas. Es la hora.

Desde el mismo momento en el que el árbitro señaló el final del encuentro frente al Rayo Vallecano, Nuno ha transmitido a sus futbolistas que deben afrontar la vuelta de la eliminatoria de acceso a la Liga de Campeones como una final: no importa el bagaje favorable de la ida en Mestalla. El luso mantuvo en la tarde del domingo una toma de contacto con sus futbolistas y demostró que está decidido a desencadenar todo el potencial competitivo del equipo con un discurso ganador. «Hay que salir a ganar al Mónaco», les vino a decir. El mensaje fue nítido y ha tenido un grandísimo calado en el vestuario, tanto es así que los futbolistas lo repiten con naturalidad cada vez que comparecen ante los medios de comunicación. La trascendencia es máxima, no cabe margen de error y a pesar de que la eliminatoria está encaminada, los protagonistas son consientes de que todavía no está resuelta. «No hay nada definido, es un 3 a 1 y seguro que si fuese al revés nosotros pensaríamos que podríamos pasar», remarcaba Gayà antes de subirse al avión en el que viajó la expedición hasta Mónaco.

Las claves para tumbar al conjunto del Principado pasan por gobernar el partido desde la intensidad y estar concentrados al cien por cien para que no se repitan los despistes que dieron vida al Mónaco para acercarse a la portería de Ryan en Mestalla. A partir de ahí, la hoja de ruta está trazada: el Valencia se ha propuesto marcar al menos un gol. No lo necesita, si uno echa un vistazo al marcador, pero Nuno no quiere jugar a mantener la diferencia en el resultado. El técnico ha pedido a sus hombres que liquiden al conjunto de Jardim por la vía rápida si fuera posible, y es que un gol valencianista sepultaría cualquier atisbo de remontada local en el Louis II. La solidez defensiva debe seguir siendo uno de los fuertes del equipo valencianista y para garantizar el orden el entrenador hará un cambio respecto del partido de ida de la eliminatoria: Javi Fuego entra en el once en detrimento de De Paul. En caso de acceder a la fase final de la Liga de Campeones, el Valencia se asegura unos ingresos fijos de catorce millones de euros: dos por disputar el play-off y doce por participar en la fase de grupos y puede embolsarse hasta otros nueve en función de los resultados que se cosechen en las seis jornadas. El Valencia está a un solo paso de las estrellas, hoy no se puede fallar.

-Alineaciones:

Mónaco: Subasic, Fabinho, Raggi, Ricardo Carvalho, Kurzawa; Toulalan, Pasalic, Dirar, Bernardo Silva, Cavaleiro y Martial.

Valencia: Ryan, Barragán, Vezo, Mustafi, Gayà; Fuego, Enzo, Parejo, Rodrigo, Feghouli, Negredo.

Árbitro: Nicola Rizzoli (ITA).

Estadio: Louis II de Mónaco.

Hora: 20:45