Los primeros compases de esta temporada destilan el extraño caso de Enzo Pérez, un futbolista cuya irrupción como hombre de calado en la estructura del equipo parece irrefrenable atendiendo al altísimo nivel de sus últimas comparecencias, si bien únicamente ha sido utilizado en dos de los cuatro partidos oficiales disputados hasta la fecha. El argentino aparece y desaparece de las alineaciones como el Guadiana, suele ser uno de los primeros jugadores afectados por la rotación y cambia de papel protagonista a actor de reparto en el transcurso de un partido para otro. Su órbita parece fija. ¿Pero por qué su contribución al equipo está siendo tan medida? El cuerpo técnico meneja una razón de peso para justificar esta decisión. El argentino tiene dificultades para dosificar su nivel de desgaste y Nuno, sabedor de que su influencia en el juego crece sin límites, ha confeccionado un plan en torno a su figura porque considera que está preparado para recuperar su mejor versión, lo que le puede convertir en un futbolista referencial para el nuevo Valencia.

El entrenador está tratando de frenar el ímpetu de Enzo, al que su voracidad competitiva le conduce al límite en cada comparecencia. Fue titular en el partido de ida frente al Mónaco y en el minuto 76 decidió sustituirle por Negredo. Había recorrido más de 8.000 metros, registros que lo deslizaban presumiblemente como uno de los jugadores con más kilómetros en sus piernas si hubiese jugado hasta el pitido final. Sufrió cuatro faltas y logró un 94% de efectividad en el pase. Fue uno de los mejores sobre el césped y todo apuntaba a que repetiría contra el Rayo Vallecano. Nuno no probó el once titular en Paterna y aunque todo el mundo daba por segura su titularidad, no jugó ni un solo minuto. El luso le dio descanso y apostó por un centro del campo formado por Javi Fuego, Danilo y De Paul. Unos días después, en el cierre de la eliminatoria contra el Mónaco, volvió a ser titular y aunque probablemente cuajó su mejor partido con la camiseta del Valencia, volvió a ser sustituido en el 76´. Curiosamente, casi en el mismo minuto que en la ida.

Por presencia, raza, arranque, presión, experiencia, conducciones y personalidad, Enzo se ganó un sitio en la titularidad ante el Deportivo de la Coruña, más sabiendo que después dispondría de casi dos semanas por delante para reponerse y estar al cien por cien pero Nuno lo envió de nuevo al banquillo. No salió ni siquiera para calentar. Sus compañeros coinciden en que está muy bien físicamente, durante las vacaciones se prepararó una manera diferente al resto de temporadas porque quería dejarlo todo sobre el césped y así lo está demostrando. Por su cabeza únicamente pasa conquistar el corazón de Mestalla pero hay que dosificarle y gestionar sus esfuerzos: se exprime demasiado y hay que pararle los pies para que no se le fundan las baterías y sea un jugador determinante.

«Van a ver a un gran Enzo»

Sus compañeros destacan que Enzo está de vuelta, está trabajando para lograrlo pero su mejor versión todavía está por llegar. «Van a ver a un buen Enzo Pérez», anticipaba ayer De Paul, uno de sus mejores socios en el plantel, en la sintonía de VCF Radio, «tiene unas condiciones enormes y ojalá las cosas le salgan de la mejor manera porque trabaja mucho para eso». Al lado de Javi Fuego ha encontrado el equilibrio y luce como en Benfica „fue elegido mejor futbolista de la Liga de Portugal dos años consecutivos„ y con la selección Argentina subcampeona del Mundial de Brasil. Nervio, agresividad, ritmo, intensidad y conducciones para desatascar la medular. Enzo Pérez puede convertirse en un gran fichaje.