«Hay etapas buenas y hay etapas más malas. El año pasado no fue el mejor para mí a nivel de juego y de goles, la peor temporada de mi carrera como profesional y trabajé bastante en verano para llegar lo mejor posible y poder estar a disposición del míster en cualquier momento». Son palabras de Álvaro Negredo después de marcar el gol que metió definitivamente al Valencia en la Liga de Campeones. El Valencia lo fichó para que marcara la diferencia y lo hace ahora, un año después de su fichaje. Es mucho tiempo, sí, pero nunca es tarde si la dicha es buena, y puede que este dicho nunca se haya ajustado tanto a la realidad como en este caso, porque la afición le recibe ahora como si fuera otra vez aquel lunes uno de agosto de 2014 en que más de 8.000 valencianistas fueron a su presentación en Mestalla para ver cómo se ponía por primera vez la camiseta del Valencia.

Pudo salir en verano

El delantero de Vallecas está en el Valencia por empeño personal después de que durante el verano haya estado más de una vez sobre la mesa la posibilidad de que saliera del club. Sin ir más lejos, el pasado sábado 22 de agosto, el día en que el conjunto de Mestalla debutaba en la Liga ante el Rayo Vallecano, se valoró de nuevo la posibilidad de que saliera cedido. El jugador siempre se ha negado porque quiere triunfar en el Valencia y ese mismo día fue titular contra todo pronóstico. En solo unos minutos, Negredo demostró que era otro futbolista diferente a lo visto hasta entonces en el Valencia, demostró haber dejado atrás los problemas físicos del año anterior y que ha vuelto para hacer aquello por lo que se le fichó. En noventa minutos quedó claro que iba de farol cuando dijo para SUPER el 10 de julio que había cambiado el chip: «En mi vida en este último año han pasado muchas cosas, pero este verano vengo más centrado y más tranquilo. Con las cosas más claras». Y tan buena fue la impronta que dejó en Vallecas, precisamente en su casa y donde están sus orígenes, que solo unos días después, en Mónaco, repitió de titular en el partido más importante de la historia reciente del Valencia y marcó un golazo que fue definitivo en la clasificación del club blanquinegro para la Liga de Campeones.

El mejor fichaje

Muchos movimientos ha habido en la plantilla durante el verano, fundamentalmente en forma de llegadas, pero a poco que Negredo mantenga el ritmo que apunta, se puede considerar que el mejor fichaje será él. En Mónaco demostró que es un delantero de Champions, un punta con el que cualquier equipo puede ir a competir en la Liga de Campeones, sea quien sea el rival y cuando el todo o la nada está en juego. Hizo el tanto del empate ante el Deportivo y con el Rayo, solo una gran parada de Toño evitó que en lo minutos finales Negredo marcara el 0-1 que habría dado los tres puntos al equipo de Nuno.

El Tiburón está de vuelta porque nunca dejó de creer en sí mismo. El primer paso para superar un problema es reconocer ese problema, y en eso Negredo no es dudoso: «Creo que en ninguna entrevista he echado culpas a nadie de lo que ha pasado, puedo jugar más o jugar menos, pero eso no es el tema mío, mi tema es cuando me ponen hacerlo bien. No estaba en mis mejores condiciones por muchos problemas y ahora sí lo estoy, ahora estoy fuerte». Su trayectoria en el Valencia es corta pero intensa y ya recoge los frutos del trabajo del verano y de su empeño primero por fichar y luego por quedarse luchando solo contra viento, marea y soledad. Y eso que su llegada fue tan de película que hubo quien incluso acusó al Valencia de parafernalia y puesta en escena la manera y los tiempos en que se anunció su fichaje.