«No sé por qué me llegué a despertar», comenta Pepe Carrete en la Plaza del Ayuntamiento de Ponferrada mientras comparte una taza de café con unos amigos llegados de Mieres. A sus 64 años, el que fuera futbolista del Caudal, Oviedo y Valencia se recupera del grave infarto de miocardio que sufrió el pasado mes de abril. «Fue un infarto muy complicado, o al menos eso me dijeron los médicos», asegura el exjugador de Turón. Carrete volvió a presenciar este sábado un encuentro de fútbol en directo.

Lo hizo en el Carlos Tartiere coincidiendo con la visita de la selección española al estadio ovetense. Carrete se pasó un mes en coma ingresado en la Clínica Guttmann de Barcelona, donde trabaja la madre de Gerard Piqué, futbolista del equipo catalán y de la selección española. «Estuve un mes como muerto», recuerda el exjugador. Con el infarto de miocardio sufrido por el turonense se llegó a temer lo peor. «Los doctores me decían que tiene que haber un Dios, porque ni ellos confiaban en que pudiera salir adelante», reconoce. «Al despertar no pensé en nada, solamente vi al médico y a mi mujer», expone. Era mediodía y después de un mes en coma Pepe Carrete volvía a estar consciente.

El exjugador asturiano no fue consciente de la gravedad de su dolencia hasta «dos o tres días después. Entonces uno se da cuenta de las cosas realmente importantes». Todo ello hizo reflexionar al exjugador y entrenador. «En cualquier momento te vas y no te enteras», expone. «No me acuerdo de cómo fue el infarto, ha sido mi familia la que me lo ha tenido que recordar», relata el exfutbolista de Turón. Cuando residía en Barcelona, Carrete era un asiduo a la sauna. Un día, comenzó a sentirse indispuesto y acudió al hospital. «Tuve la suerte de encontrarme en Barcelona, porque de haber estado en otro lugar, no sé lo que habría pasado», explica. Afortunadamente, lo peor ya ha pasado para Carrete. «Me encuentro bien dentro de la gravedad», admite desde la localidad berciana, donde reside actualmente con su familia y lleva a cabo su proceso de recuperación. Los médicos que le siguen, conscientes de su mejoría, le dieron permiso para continuar con su recuperación en Ponferrada. «Voy todos los días a las ocho de la mañana, no recuerdo haber madrugado tanto en mucho tiempo», bromea. Allí realiza un trabajo de rehabilitación basado en potenciar el tren inferior, un trabajo que no le es desconocido de su época de futbolista.

Desde este incidente, Carrete no ha vuelto a ver un encuentro de fútbol. Por ello, el choque que la selección española disputó en el Tartiere cobra un significado especial. «Estoy con ganas de volver a Oviedo para ver el partido de España. Hace tiempo que no voy y tengo ilusión por volver a casa», admite. Y es que Pepe Carrete ya sabe lo que es enfundarse la camiseta de la selección. El de Turón fue internacional absoluto en dos ocasiones. La primera fue ante Italia y tiene para el que fuera lateral diestro un significado especial. «Cuando suena el himno impresiona. El himno de España te pone la piel de gallina», rememora. En el Carlos Tartiere se reencontró con Vicente del Bosque, quien formó de inicio en su segundo y último partido con el combinado nacional. Además, también coincidieron en las categorías inferiores de la selección. Carrete solamente tiene buenas palabras para el entrenador salmantino. «Creo que está llevando bien la selección, con mucha mano izquierda, y es digno de agradecer lo bien que lo está haciendo», asegura. Para Carrete, el buen momento de la selección no le llega por sorpresa. «Cuando yo jugaba imaginaba que algún día pudiera llegar el Mundial o las dos Eurocopas, aunque lo veíamos como algo lejano», comenta. Sin embargo, estos éxitos son a todas luces merecidos para el exinternacional. «Siempre nos faltaba algo de fortuna, pero lo conseguimos», explica.

Además, el exjugador regresará al Carlos Tartiere. «Siempre será mi casa», argumenta Carrete. El de Turón guarda buenos recuerdos de su etapa en el Oviedo. «Es un club muy querido para mí ya que me dio tantas cosas», considera. Carrete tiene presentes a muchos compañeros de aventuras en su etapa como futbolista del cuadro carbayón, aunque guarda un especial cariño por Tensi. «Aprendí mucho de él, de su valentía y su entrega por el equipo», recalca. También recuerda su paso por el Valencia, equipo en con el que logró la Copa del Rey, la Recopa y la Supercopa de Europa. «Estoy satisfecho de todo lo que conseguí en mi etapa como jugador. Para uno de Turón, no está nada mal», bromea Pepe Carrete. El deporte sigue presente en la vida del exfutbolista de Turón. Y es que Carrete ha conseguido ganar en su partido más importante. En este caso, ha logrado sobreponerse a un grave infarto y ha vuelto a un estadio para seguir un partido. Lo hizo desde la grada, de una manera «más relajada y sin tanto sufrimiento» que cuando era jugador.

Durante su periodo de convalecencia, Pepe Carrete llegó a contar con las visitas de varias personalidades del mundo del fútbol. Una de ellas fue la de Peter Lim, máximo mandatario del Valencia, que se desplazó a la clínica de Barcelona. Al empresario de Singapur lo acompañaron Juan Sol, representante de los veteranos del Valencia, y Fernando Giner, su homólogo en la Federación Española de Fútbol. Otro de los encuentros más emotivos para Carrete fue con Quini. «Le aprecio mucho y me alegro de que le vaya bien en el Sporting», comenta. Pese a que durante su etapa como jugadores se enfrentaron en numerosas ocasiones, siempre prevaleció una buena amistad. Carrete también recibió la llamada de toda la plantilla del Lenense, su primer club como entrenador. «Es algo que valoro mucho, ya que fue mi primer equipo; donde supe ganarme a los jugadores y demostré que era uno más».