Cuando André Gomes pasó por el quirófano el pasado 20 de mayo el Valencia se planteó como objetivo que el futbolista se recuperase al cien por cien, respetando en todo momento los tiempos y sin forzar lo más mínimo a pesar de su gran influencia en el rendimiento del equipo y de la importantísima cita que le esperaba al club en agosto con la eliminatoria previa de la Champions. Sufría una rotura miotendinosa de 4-5 centímetros en el tendón del recto y el músculo sartorio, un percance peliagudo por su delicada recuperación. Hoy el proceso ha tocado prácticamente a su fin, André ha recuperado su sonrisa y se puede decir que la misión está cumplida: el equipo clasificado para la fase de grupos y el futbolista preparado para entrar en el equipo cuando Nuno lo decida.

La próxima semana, cuando el Valencia afronte su debut en la Liga de Campeones ante el Zenit en Mestalla, se cumplirán casi cuatro meses desde que el centrocampista cayó lesionado ante el Celta y puede ser el día de André, aunque antes de eso podría tener ya sus primeros minutos frente al Sporting.Nuno ha esperado pacientemente al futbolista, quizá el hombre que junto a Parejo marca las diferencias a la hora de generar fútbol y junto al central Aymen Abdennour, sustituto de Otamendi, son los dos grandes refuerzos que se incorporan tras la pausa de la competición para dar un salto de calidad y solidez defensiva, valores imprescindibles para un mes de septiembre en que la curva de la exigencia apunta con peligro hacia arriba, con seis partidos en que el equipo tiene que empezar a tomar posiciones en las dos competiciones.

Dos refuerzos de Champions con los que Nuno empieza a dibujar en su mente el equipo estrella, siempre a falta del portero titular. André encaja el puzle. Es la pieza que se ha echado en falta desde que el Valencia saltó al césped en su primer ensayo en la estadía de Austria. Y es que cada comparecencia del equipo ha deslizado una carencia y está más que detectada: falta ritmo e intensidad en el centro del campo. Por filosofía, materia prima y casi por linaje, este Valencia es un equipo que carbura a pleno rendimiento cuando lo hace en punta de gas, sale en estampida y el portugués es la mejor lanzadera para viajar desde un área hacia la otra.En las últimas semanas Nuno le ha dado vueltas a esta circunstancia como si manejara un cubo de rúbik y ha tratado de cubrir el vacío que escarbaba su baja con otros futbolistas.

El catálogo de rotaciones y probaturas ha distinguido a De Paul como el futbolista más parecido al portugués por su calidad y su capacidad para inventar en la segunda línea, pero aún así al equipo le falta recorrido y pegada. André debe ser clave y el cuerpo técnico lo ha mimado en todo momento. Realizó la primera fase de su recuperación „camilla y fisioterapia„ entre València y Portugal y cuando llegó a la segunda „readaptación con sesiones de gimnasio y trabajo de campo„ se decidió llevarlo con el grupo a Austria y Alemania para cuidar de él en el aspecto psicológico y motivacional. Viajó con el equipo a Mónaco, aunque fue descartado e incluso pudo haber disputado sus primeros minutos frente al Dépor, aunque por un partido se decidió esperar a que pasara la pausa de la Liga y ganar así dos semanas más en la puesta a punto del jugador. Ahora ha llegado su momento y encaja todo el puzle de Nuno. Este Valencia ya está preparado para luchar por todo.