Hace dos años y medio Joaquín visitó Mestalla por última vez. El gaditano vestía por aquel entonces la camiseta del Málaga, al equipo al que se marchó justo después de poner punto y final a su etapa como valencianista y donde comenzó un crecimiento que describe una parábola. El extremo recuperó sensaciones a las órdenes de Manuel Pellegrini y dos temporadas después Eduardo Macià le presentó la posibilidad de unirse a un atractivo proyecto con la Fiorentina, un equipo en el que desde hace algunos años hay un entramado de futbolistas españoles que tienen una participación capital. Joaquín aceptó y acertó. Dio continuidad a su crecimiento y ha tenido una contribución que ha sido determinante con goles y asistencias por doquier, cuajando una última temporada para verdaderamente sensacional. Su cota de rendimiento alcanzó este pasado verano su punto más elevado desde que salió del Villamarín hace nueve años y entonces, de nuevo Macià, volvió a llamarle para recrutarle... Esta vez para llevarlo a ´su´ Betis.

El futbolista no tuvo dudas desde el primer momento. Su sueño era regresar a su casa y disfrutar del último tramo de su carrera con su gente. Sin embargo, no era sencillo. Los dirigentes del club italiano se resistían a dejar salir a Joaquín, que a sus 34 años vive lo más parecido a una segunda juventud. Su fichaje ha sido una inyección de ilusión para la hinchada del Betis, prácticamente llenó el Villamarín el día de su presentación y en su primer partido fue el futbolista más destacado y dio una asistencia de gol. Ha peleado mucho este verano para regresar al Betis, su llegada no se concretó hasta prácticamente el último momento del mercado de fichajes y está mucho más preparado para dar un rendimiento inmediato que Rafael Van der Vaart, por ejemplo, que es el otro fichaje de campanillas del conjunto andaluz. Si nada se tuerce, Joaquín tendrá un papel importante esta temporada en el equipo de su vida. En los últimos días el vestuario verdiblanco lo ha nombrado capitán y mañana regresará a Mestalla, la que fue su casa durante cinco temporadas. Lo hace en su versión más afilada.

Es innegociable en los esquemas del conjunto verdiblanco y jugadores como él marcarán las aspiraciones deportivas del equipo en el regreso a Primera División. Si le marca un gol a Jaume, eso sí, probablemente no lo celebrará.

Sociedad con Ceballos

Sus cinco temporadas con la camiseta del Valencia fueron especiales, aquí nacieron sus hijas Daniela y Salma pero ahora su objetivo es lograr la permanencia con el Betis y no le temblarán las piernas a la hora de disparar a la portería valencianista. Joaquín es, junto a Ceballos, la gran esperanza verdiblanca. Juntos forman una sociedad extraordinaria, la perla de la cantera del Betis y una de las mayores leyendas se juntan sobre el terreno de juego esta temporada. El primero por dentro y el segundo por fuera. Serán el mayor peligro en Mestalla.