Aritz Aduriz se ha convertido en uno de los fichajes más rentables en la historia del Athletic de Bilbao, un delantero que en febrero cumplirá 35 años al que sin embargo no se le vislumbra el límite. El gol que marcó este jueves en el partido de la Europa League ante el AZ Alkmaar es el décimo en lo que va de temporada cuando apenas ha empezado el mes de octubre, los mismos que todo el equipo del Valencia CF. Cuatro goles suyos tumbaron al Barça y dieron al Athletic el título de la Supercopa en agosto. Apunta Aduriz a una temporada histórica superando todos sus registros anteriores, 18 goles en la primera, otros 18 en la segunda y 26 en la 2014/15. Pero si alguien no vio en su día este potencial fue el entonces presidente del Valencia Manuel Llorente, que decidió traspasar a uno de los mejores goleadores nacionales por la pírrica cantidad de 2,5 millones cuando todavía tenía una temporada más de contrato y otra opcional.

El 2 de junio de 2012 el Valencia CF regresaba de una gira por Estados Unidos. En la estación del AVE Joaquín Sorolla, Manuel Llorente y Aritz Aduriz charlaban durante unos instantes antes de despedirse definitivamente. Para entonces, el presidente ya había pactado con el futbolista dejarlo marchar ese verano porque en San Mamés le firmaban tres años y cobraría más. Fue un compromiso personal. La suerte estaba echada y Aduriz ya no volvería a vestir la camiseta del Valencia, suerte sin duda para el Athletic de Bilbao. Lo había traspasado en el año 2008 al Mallorca por 6 millones de euros y lo recuperaba por 2,5 para disfrutar de los mejores años de su carrera en fútbol y sobre todo goles. De hecho, todavía hoy y a sus 34 años la cotización del delantero en las principales páginas especializadas en mercado futbolístico está por encima de esa cantidad. Negocio redondo.

Todo lo contrario que para el Valencia, que lo fichaba dos años atrás por 4,3 millones para venderlo por esos 2,5 sin haberle extraído todo el jugo tampoco en el terreno de juego, donde siempre estuvo a la sombra de Soldado y se marchó con unos números discretos, 23 goles en 84 partidos oficiales. Su sustituto, Haedo Valdez, jugaría aquí una temporada en la que logró 9 goles, la mitad los que haría Aduriz esa misma campaña en el Athletic, donde siguen eternamente agradecidos a Manolo Llorente por su gran gestión. Y este domingo, Aritz será la gran amenaza para el Valencia de Nuno.

El Valencia es una de las víctimas favoritas de Aduriz. El delantero del Athletic de Bilbao ha marcado un total de cinco goles en doce partidos. El primero fue en la 2007/08, antes de recalar en Mestalla. Mojó en la goleada (5-1) de San Mamés. La historia se repitió después de hacer las maletas de Valencia. En su vuelta como rojiblanco firmó un doblete en la derrota de los leones (3-2) en el coliseum blanquinegro. Hace dos temporadas también vio puerta en Mestalla. Esta vez desde el punto de penalti. No hay temporada que Aduriz no recuerde al Valencia lo mucho que perdió dejándole marcar. Sin ir más lejos, el año pasado. Aduriz fue el encargado de marcar el gol ilegal, en claro fuera de juego, con el que el Athletic salvó un punto en La Catedral.

El jueves en la derrota contra el AZ Alkmaar fue una de las rotaciones de Valverde. Aún así, salió desde el banquillo y fue capaz de marcar a los doce minutos con un gol idéntico al de Luis Suárez al Leverkusen. Aritz no faltó a la cita, pero se fue del estadio con un cabreo importante. Ni el gol le consolaba. «Estoy muy decepcionado con lo que hemos hecho, los goles que no puntúan no valen para nada. No hemos estado bien, no hemos competido bien. Hemos tenido muchos debes. Tenemos muchas cosas que mejorar. Hemos estado desacertados y estamos capacitados para hacer más». Así de duro se mostró el delantero con su propio equipo. Aritz tiene ganas de pasar página. Como dice él, «no hay tiempo para las lamentaciones». Preguntado por el partido contra el Valencia manifestó: «Es un partido vital. Tenemos cuatro puntos, que son muy pocos, y no podemos dejar pasar más oportunidades».