Trabajo, constancia, solidaridad, compromiso y cooperación son las cinco palabras clave del vocabulario con el que Nuno Espírito Santo intenta levantar la moral de la tropa. Al entrenador portugués le quita el sueño la manera de poder recuperar el potencial ofensivo que este equipo tenía hace un año. A estas alturas de temporada el Valencia sumaba 17 goles, sólo Real Madrid (25) y Barcelona (19) marcaban más tantos. Ahora, únicamente el Málaga han hecho menos goles que los cuatro anotados por los blanquinegros. El objetivo marcado por el cuerpo técnico es lograr que el equipo no desconecte, aumente su autoestima, sea más constante y mantenga la tensión durante la totalidad de los partidos.

Nuno no para de hablar con sus jugadores para fortalecer conceptos. Este jueves se le ha visto hablando con el capitán Dani Parejo

La intensidad en la presión es la esencia del ataque en el manual de Nuno. Presión fuerte y alta, robo, rapidez y verticalidad. Unas ideas a las que el ex de Rio Ave se aferra en su cometido de que mejore el caudal de ataque y la producción de ocasiones de gol. Por el momento, el técnico prefiere insistir en su plan A, en trabajar sobre la base del Valencia contragolpeador que funcionó la pasada campaña antes que centrarse en la búsqueda de una alternativa diferente. Esa es la línea por la que está llevando al grupo en los últimas sesiones. «Hemos demostrado que podemos hacerlo bien...la solución es partirnos el alma todos, trabajar y trabajar para que las cosas vuelvan a salir», decía este miércoles un componente de la plantilla.

Nuno preparó en un entrenamiento de esta semana un ejercicio específicamente enfocado hacia la presión y las transiciones ofensivas. El grupo -reducido por los próximos compromisos de las selecciones y las lesiones- se dividió en tres. Por un lado con el peto amarillo los defensas y el pivote: Barragán, Orbán y Javi Fuego. De blanco, los centrocampistas: Danilo, Parejo y André Gomes. Sin peto: Negredo y en los extremos Santi Mina y De Paul. Y Aderllan Santos, de azul, para neutralizar al delantero centro. Las consignas estaban claras. Nuno limitó el número de toques de balón y la media debía presionar hasta robar la pelota y lanzar el ataque en combinación con los jugadores que estaban en los costados. Negredo debía finalizar las jugadas. «¡Métela dentro!», «Presión, robo y gol», «gol, gol, gol», eran las indicaciones del míster a los suyos.

Nuno no dudó en detener el entreno y corregir los movimientos tácticos. «Este es un trabajo de presión», les decía también a los jugadores. Uno de los factores que desde el cuerpo técnico se considera que ha incidido en la sequía goleadora de los blanquinegros ha sido una presión deficientesequía goleadora , que ha propiciado que los robos previos a la construcción del ataque se hayan hecho demasiado lejos de la portería rival. A su vez, ha hecho que la defensa retroceda en exceso. Medios llegadores, como Parejo, André o Enzo, tienen que correr largas distancias, mientras el ataque del Valencia pierde capacidad de sorpresa y los adversarios ganan tiempo para posicionarse.

Las segundas jugadas

La disputa de las segundas jugadas es otro de los debes del equipo. En la parte final del entrenamiento los presentes en la Ciudad Deportiva ensayaron el ataque a través del jugo directo y el balón en largo hacia Negredo. «Balón directo a Álvaro... Ahora vamos rápido como si fuera una carrera». El técnico luso pedía a su segunda línea de centrocampistas, especialmente a André, que acompañase la jugada, arropando al delantero y, sobre todo, posicionándose en busca de «la segunda pelota». Nuno intenta ajustar las tuercas para que su Valencia funcione con el mecanismo de hace un año. Salvo Parejo y Feghouli, por ahora, la segunda línea no aparece.