Nuno Espirito Santo tiene por muchas razones un margen de confianza superior a la media. Su especial relación con el propietario, Peter Lim, que lo eligió como condición indispensable para llevar adelante su proyecto. También con su agente y persona de confianza del propietario, Jorge Mendes. Sin embargo, eso no significa que no tenga que ponerse las pilas cuanto antes y empezar a revertir los números de este Valencia, que no termina de arrancar en la Liga ni ilusionar a los aficionados, algo que a estas alturas sí logró en su primera temporada. No hay un ultimatum sobre la mesa, pero los tres próximos partidos se presentan como una auténtica reválida para el entrenador y en definitiva para todo el equipo. Los dos primeros serán en Mestalla con el Málaga y después el Gent en la Champions, dos victorias innegociables, y el tercero la visita al Calderón, el primero de los grandes de la Liga a que se va a enfrentar el Valencia, un partido que dirá muchas cosas.

Ese es el reto con el que Nuno regresa esta semana al trabajo. Han pasado muchos días desde el último partido en San Mamés, una derrota ante el Athletic que hizo mucho daño a la confianza y autoestima del grupo que venía de dos victorias -Granada y Lyon- con que el equipo parecía levantar por fin el vuelo. Una semana en que, al menos, irá poco a poco recuperando efectivos de cara a una recta final de mes en que el listón de la exigencia se vuelve a elevar.

Más información en la edición impresa de este martes