Estadio North Harbour de Auckland (Nueva Zelanda), Brasil-Serbia. El pasado 20 de junio, en pleno éxtasis serbio por la conquista del mundial Sub20 (1-2 en la final), la FIFA proclama a los mejores jugadores y hace entrega del Balón de Plata a Danilo Barbosa da Silva. La organización premia el juego de Mali -tercera- y distingue a Adama Traoré con el MVP. El ahora valencianista, capitán de los brasileños y referencia absoluta en el equipo de Rogério Micale durante la campaña en las antípodas, termina en el segundo escalón del podio. No hay consuelo posible. El entramado táctico de Veljko Paunovic, armado para desactivar al ´cinco´ de la Canarinha, lo había engullido en su cita con la historia. Danilo, el medio centro que un sector de la crítica maltrata equiparando su destino con el de Filipe Augusto o Bruno Zuculini , aterrizó en Mestalla tras marcar la pauta en un Mundial Sub20 cargado de futbolistas de enorme potencial como Ángel Correa (Argentina/ Atlético), André Silva (Portugal/ Oporto), Gabriel Jesus (Brasil/ Palmeiras), Gastón Pereiro (Uruguay/ PSV), Sergej Milinkovic-Savic (Serbia/ Lazio), Viktor Kovalenko (Ucrania/ Shakhtar Donetsk) o Andrija Zivkovic (Serbia/ Partizan). Puede que el problema resida en esta misma premisa? Todavía es un juvenil y necesita -precisamente- los ´cuidados´ que requiere la categoría: tiempo, formación, estabilidad, confianza, continuidad. Justo lo que no puede ofrecerle este Valencia CF asfixiado por la inestabilidad en su juego y la urgencia del resultado.

Si el perfil del centrocampista debía ser otro o convenía buscar un salto de calidad a través de un futbolista más hecho o de ´rendimiento inmediato´ es otro debate. La realidad es que hace sólo tres meses, el fichaje de Danilo Barbosa rompía en el horizonte blanquinegro como un refuerzo realmente estimulante. Esataba en el rádar del Mónaco como alternativa a Geoffrey Kondogbia y la Juventus puede que tuviera un lugar reservado en su plantilla para desempeñar el rol que finalmente desarrolla Mario Lemina, joven interior llegado del Marsella. Después de un trimetre, los problemas colectivos, el salto a un grande de Europa, el lógico proceso de adaptación al equipo y a la ciudad, las expectativas exageradas respecto a su figura, la presión y su propio rendimiento han triturado aquel cuadro imponente con el brazalete de capitán de Brasil.

La gestión de los jóvenes

Danilo tiene las condiciones, pero este Valencia CF no entiende de procesos de maduración. En Braga rindió a alto nivel, pero la nueva camiseta pesa una tonelada. El brasileño es un talento al que conviene liberar, moldear y proteger; esta parte es responsabilidad directa de Nuno. Hay que saber elegir bien los momentos, los partidos y los minutos para que el futbolista florezca con naturalidad y no termine acobardado. Fluir o estancarse. En esa dirección, el partido del Espanyol fue un despropósito. En una jornada de tensión y nervios, Danilo entró en una posición determinante, cuando el contexto reclamaba madurez y liderazgo. El ´niño´ se vio superado. Los pesos pesados del vestuario lo deslizaron en privado: aquel partido fue una tortura para los más jóvenes, un flaco favor. Futbolistas como Santi Mina, Rúben Vezo e incluso Rodrigo de Paul no son ajenos a este fenómeno. Desde Vigo ya quedó advertido: Mina es un diamante en bruto, pero para evolucionar hay que darle partidos. Es obvio. De Paul venía mucho más rodado, pero para ser competitivo necesita competir. Por el momento, los destellos de Bakkali son una excepción.

João Cancelo es un ejemplo positivo. La temporada pasada fue un elemento ´sospechoso´ y ahora ha dado un salto hacia adelante. Su talento es indiscutible, pero hay que saber enfocarlo. De aspirantes a cracks que se quedan en cracks está llena la historia del fútbol. La explosión rápida de futbolistas como José Luis Gayà resulta excepcional. Un fenómeno aislado, extraordinario. La cuestión con Danilo (19 años, conviene recordarlo) es si el proyecto dará de sí lo suficiente como para disfrutar en Mestalla de las posibilidades del brasileño cuando tenga los 23 de Mustafi.

Brasil confía en su potencial

No es una cuestión exclusiva de los jóvenes o los recién llegados. El mal momento de juego global hace que todo parezca peor de lo que realmente es. Una vez cerrado el mercado, el canal brasileño Globoesporte, lanzó el nombre del brasileño entre los diez futbolistas llamados a explotar como revelación en las grandes ligas europeas. Pudieron elegir a cualquiera, pero apostaron por el talento de Danilo.

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