A las once y media de la noche del viernes 24 de octubre de 2014 Meriton Holdings Limited y la Fundación Valencia CF pudieron acordar el trasvase del 70% de las acciones del club a cambio de 100 millones de euros. Poco antes Bankia había estampado su firma y emitido un comunicado en el que decía que "la operación facilita al banco la recuperación de la totalidad de los cerca de 320 millones prestados al Valencia CF y a la Fundación". Layhoon, Kim Koh y Amadeo Salvo habían estado en Madrid negociando toda la jornada en la sede del banco. Por fin, Peter Lim podía hacer realidad su sueño. El día siguiente estuvo por primera vez en el palco de Mestalla como máximo accionista de facto. Este domingo se cumple un año de aquel día en el que el equipo goleó al Elche (3-1).

Los aficionados sufrieron con un proceso de venta que se alargó diez meses, tiempo en el que el empresario de Singapur dejó clara su voluntad de hacerse con la mayoría accionarial. Especialmente, en el invierno 13/14, cuando adquirió los derechos de Rodrigo Moreno (30) y André Gomes (15) por 45 millones, dos jugadores que llegaron cedidos en julio de 2014. Este pasado verano el club abonó las mismas cantidades que Lim para quedárselos en propiedad, del mismo modo que 15 millones por Cancelo, 30 por Negredo y 1,8 por Yoel. Una inversión en fichajes a la que se suman 25 ´kilos´ por Enzo Pérez en diciembre de 2014 y, en el último mercado, 25 por Abdennour, diez por Mina, 9,5 por Santos, siete por Ryan y 250.000 euros por la cesión de Danilo, por el que hay una opción de compra obligada de 15 millones a final de curso.

En la mañana del 25 de octubre el avión privado de los Lim aterrizó en Manises. El singapurense enseguida se dirigió al Nou Mestalla a visitar el estado de las obras y al mediodía estaba ya en el hotel del equipo. Lim se presentó uno a uno a todos los futbolistas y les sorprendió con un regalo especial: una maqueta de un coche deportivo McLaren P1, una edición limitada con sólo 300 unidades en el mundo, personalizadas para cada uno de ellos. Por la tarde, en compañía de Salvo, entró en Mestalla ante la expectación y los cánticos de 2.000 valencianistas. Las firmas oficiales llegarían en la mañana del 1 de diciembre, pero la afición ya podía celebrar el final de un proceso de venta en el que sufrió demasiado ante la incertidumbre de otros ofertantes y las reticencias de Bankia.

Caso Caio, el peor momento

El 1 de diciembre, en la vespertina Junta General de accionistas, se aprobó el nuevo Consejo en el que Layhoon pasó a ser la primera presidenta de la historia del club y Salvo a ejercer como presidente ejecutivo, cargo que dejó saliendo del Valencia el 1 de julio, junto a Rufete y Ayala después del conflicto vivido con Nuno. Las discrepancias en la política deportiva acabaron explotando en las reuniones de planificación de junio y, sobre todo, con el frustrado fichaje del brasileño Rodrigo Caio. Un caso que evidenció la fuerte influencia de Jorge Mendes sobre el inversor. Precisamente, las salidas de Rufete y Salvo, el peso ganado por el agente de Nuno en el club y la concentración de poder del técnico son los puntos que más dudas generan entre la afición. Una cuestión que llegó ha criticado en público el Embajador, Mario KempesMario Kempes, recientemente.

El primer año del proyecto Lim ha sido frenético. En lo deportivo los fichajes se vieron acompañados de la ampliación del contrato de Nuno hasta 2018 en enero y de renovaciones de jugadores importantes como Alcácer, Fuego, Barragán, Parejo, Gayà (la más mediática y compleja con el Madrid de por medio) y Piatti. El asunto de Feghouli aún está pendiente. A finales de agosto no pudo evitarse el adiós de Otamendi al City, por el que los ingleses pagaron 45 millones, cinco por debajo del valor de la cláusula. En el plano social la gran noticia es la ampliación de capital que se abordará a final de año con la conversión del préstamo inicial de 100 millones de euros. Lim, que ha prestado otros 80 millones a la caja del club, ha dotado al Valencia de solvencia económica.