Las buenas intenciones del máximo accionista y de su cara más visible en Valencia, la presidenta Layhoon, chocan con la realidad de un equipo que no está a la altura de las expectativas y un entrenador que genera demasiada desconfianza entre la afición, quizá también entre los jugadores a la vista de los acontecimientos. Este Valencia que tanto ha ilusionado, porque hay una apuesta indudable y potencial para pensar en un futuro espléndido, tiene ahora un problema y lo primero es empezar a asumir que es así, aunque el sábado le ganen al Levante -con nuevo entrenador- y ya veremos lo que pasa después con el Gent. Más allá de que la figura del entrenador haya desconectado del equipo a una buena parte del valencianismo, futbolísticamente hay demasiados puntos oscuros que explican el pobre balance en este primer cuarto de temporada, cuando este equipo era más bien transparente. La gente te enseña que mirar hacia otro lado no tiene por qué ser ayudar al Valencia CF.

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