Nuno Espírito Santo estuvo este miércoles más de diez minutos reunidos con sus futbolistas antes de la sesión de trabajo. El entrenador portugués habló a pie de campo con sus futbolistas y trató de quitarles la presión del entorno, "si hay pitos no haced caso, tenemos que levantarnos y hacer nuestro trabajo", les dijo. «¡Más juntos, más juntos!», gesticulaba el entrenador con las manos.

El técnico habló con sus futbolistas diez minutos antes de empezar a preparar la semana del Derbi ante el Levante. La mala imagen del equipo en el Vicente Calderón así lo exigía. Durante la conversación, el portugués miró a Paco Alcácer para referirse a sus últimas declaraciones públicas en las que el delantero manifestaba que el próximo sábado contra el Levante había que ganar sí o síPaco Alcácer . «Solo vale ganar», arengaba el técnico. Pero para sumar de tres en tres otra vez muchas cosas tienen que cambiar en el equipo visto lo visto contra el Atlético de Madrid. Empezando por el propio Nuno. El entrenador hizo autocrítica explicando a su propio vestuario que lo único que quería conseguir con el cambio del sistema era «sorprender» al rival. También exigió un plus a sus propios jugadores. Recuperar la «agresividad» y la «intensidad» es fundamental para el entrenador. Sin olvidarse de la verticalidad. El equipo, en su afán de seguir el plan de Nuno y tener posesión de balón, pecó de juego horizontal durante la primera mitad contra los de Simeone. Ahora pide a sus jugadores recuperen esa profundidad de juego para generar las oportunidades de gol que no se tuvieron en el Manzanares. No estaba cabreado, pero sí alzó la voz para llamar la atención a sus futbolistas durante uno de los ejercicios. «¡Jugamos hacia arriba! Los apoyos son ofensivos. Buscamos y generamos, gente».

Nuno reconoció con la boca pequeña en la rueda de prensa del Calderón que «a lo mejor» se había equivocado en su planteamiento de cuatro mediocentros. El miércoles durante la charla explicó a sus futbolistas que el equipo estaba «preparado»para jugar así y argumentó su decisión: lo único que buscaba era «sorprender» al Atlético de Madrid. Lamentablemente para el Valencia, los más sorprendidos fueron sus futbolistas. Nuno hizo autocrítica y admitió delante de sus jugadores que los de Simeone fueron superiores y les ganaron en algunas facetas de juego prohibidas. Como la fortaleza en los duelos individuales y la intensidad. El técnico hizo hincapié en la necesidad de recuperar esa agresividad e intensidad en la presión perdida en Madrid. Marca el estilo de fútbol de Nuno, fue una de las señas de identidad el equipo y el técnico considera fundamental recuperar «contacto, agresividad, inteligencia, carácter y el interés». Así se lo hizo saber a sus jugadores en busca de soluciones.

El técnico invitó a la plantilla a «levantarse». Fue entonces cuando miró a Mustafi tal y como había hecho antes con Paco. El germano insistió en eso un día antes desde las redes sociales. La prueba de que Nuno controla todas las declaraciones que salen desde dentro del club y se publican en los medios de comunicación. En un intento de animar al grupo, Nuno recordó que son «pocos» los puntos que alejan al equipo de los puestos primeros de la clasificación de la Liga. Eso sí, advirtió de que cada vez hay menos tiempo y ya no hay margen para las excusas. Esta vez, como debió ser siempre, «solo vale ganar».

El último de los puntos de ´orden del día´ que se trató en la charla de diez minutos -desde las 10:08 hasta las 10:18- fue el ambiente que se podría vivir Mestalla el próximo sábado. Nuno invitó a sus jugadores a olvidarse de los silbidos, si es que los hay, y cualquiera de los factores externos que puedan sacar al Valencia del partido y que no son controlables por parte de ellos. «No pasa nada si nos pitan». La anécdota de la charla post-Calderón es que Nuno la dio justo debajo de una lona gigante en la que se podía leer un mensaje de Valentino Rossi. «Mi reto es ganar y mi ambición hacer disfrutar a los aficionados».

Ya la temporada pasada, en el peor momento que vivió el equipo de Nuno en lo deportivo, es decir, tras la eliminación en Copa del Rey ante el Espanyol. El siguiente partido se presentaba como una final y era precisamente ante el Espanyol también en Cornellà. Nuno dijo entonces a sus futbolistas aquello de "la mierda que me la echen a mí", el equipo ganó 1-2 al Espanyol y solventó la crisis deportiva. Era la jornada 22 de campeonato.