A más de 300 kilómetros de Paterna, el Valencia tiene un guardameta de futuro. Después de acabar su etapa juvenil y de hacer la pretemporada a las órdenes Nuno en Austria, Ferran Ferri afrontaba este verano un reto de grandes dimensiones. Llegaba cedido al GuadalajaraGuadalajara, uno de los equipos más fuertes del grupo II de la Segunda B. No era fácil pero a sus 19 años solo le ha llevado unas semanas imponerse a ese contexto de máxima exigencia. «Los primeros partidos de Liga no jugué pero después el técnico me dio la oportunidad contra el Gernika», relata Ferri, que desde entonces se ha consagrado como el guardián de una de las porterías más difíciles de la categoría por delante de otros dos jugadores más veteranos. Los últimos partidos deslizan al canterano como la gran sensación de su equipo y ya es una de las revelaciones de la Segunda B.

«La cesión está saliendo mejor incluso de lo esperado, estoy dando un paso importante en un equipo que por nombre y plantilla está hecho para subir», explica el guardameta, que despierta cierta admiración en su día a día. «Tener 19 años y hacerse un hueco en la portería es algo que a veces les choca a los demás, es una demarcación muy específica y me dicen que no parece que tenga la edad que tengo pero yo no le doy más importancia de la que tiene y trato de trabajar para seguir ayudando al equipo». Desde principios del año pasado, el Valencia tenía cerrada la contratación de Ángel Ovejero y la continuidad de Álex Sánchez, un panorama que taponaba la portería del filial y reducía las opciones para Ferri y Sivera, curiosamente las dos grandes apuestas de futuro a medio plazo bajo los palos. El de Alberic, que ya había optado por una cesión anteriormente, detectó con nitidez la oportunidad de crecer fuera de casa y no se equivocaba.

Le confundían con Guaita

«Esta experiencia me está ayudando a ser más maduro en la toma de decisiones. Por encima de la calidad individual de los jugadores, este contexto es distinto al del Mestalla. Aquí trabajas con gente que juega para ganarse el sueldo del que depende su familia. Hay cosas que no puedes aprender en un filial y eso también me está haciendo progresar», comenta un Ferran al que el Valencia no le pierde la pista ni por un solo momento: «Curro Torres, Rangel... Todos me hacen sentir cerca, estamos en contacto. El día que el primer equipo jugó contra el Atleti me llamó Otxotorena porque había leído en prensa que había estado muy bien contra La Roda. Me preguntó cómo iba y me dijo que fuera a verle a Paterna». Atraviesa un gran momento y hoy se mide al filial del Real Madrid, donde se reencontrará con algunos jugadores a los que les dio el día en la vuelta de la semifinal de la Copa del Rey Juvenil. Aunque se mira en Jaume, a él siempre le han confundido con Guaita. «En una presentación en Mestalla, nada más bajarme del autocar vino un grupo de aficionados para pedirme autógrafos. Cuando estaban a un metro se dieron cuenta de que no era», recuerda entre risas. Sus cinco sentidos están puestos seguir siendo el guardián del CD Guadalajara y seguir creciendo a este ritmo para hacerse un hueco bajo los palos y jugar en Mestalla.