A mediados de abril, el hotel JW Marriott de Kuala Lumpur albergó el sorteo de la segunda fase de clasificación de la vertiente asiática para el Mundial de Rusia de 2018. Jordania, Kirguistán, Tayikistán y Bangladés fueron los rivales que le deparó aquel día el bombo a Australia, cuatro odiseas de las cuales la selección de Ryan ha resuelto ya las tres primeras. Al guardameta valencianista le aguarda ahora la más complicada de ellas y no precisamente por la entidad del rival. La expedición de los ´Socceroos´ -tras una breve estadía en Singapur posterior al partido frente a Kirguistán celebrado en Sidney- tiene previsto aterrizar a lo largo de este lunes en Daca para medirse este martes a Bangladés. La capital, situada en el corazón del país, en la orilla del río Buriganga, ha sido golpeada por el terrorismo islámico durante las últimas semanas. Solo tres días después de la rueda de atentados que ha sacudido París y ha puesto en alerta a Occidente, Ryan se adentra de lleno en el territorio del ISIS. Una aventura de máximo riesgo.

Después de los atentados vividos semanas atrás, La Federación Australiana (FFA) había solicitado a la FIFA mover el duelo a Emiratos Árabes, con Dubai o Abu Dabi como sede neutral. Los directivos australianos alegaron que a causa de la delicada situación socio-política, por ejemplo, Timor Oriental, Afganistán, Siria, Irán, Yemén o Myanmar habían jugado ya partiods como local en la clasificación asiática fuera de sus territorios, además de que hasta la fecha Bangladés únicamente se había enfrentado en su territorio a selecciones de países culturalmente no occidentales, como es el caso de Jordania o las dos repúblicas exsoviéticas de Asia central que están en el grupo. No obstante, Australia deberá jugar mañana en una ciudad que ha sufrido dos tiroteos y atentados con bombas desde finales de septiembre hasta hace tan solo semana y media, cuando falleció un joven chiita de solo 16 años y hubo un centenar de heridos a causa de las bombas. Anteriormente, un religioso italiano y un turista japonés fueron disparados en ataques reivindicados por el Estado Islámico.

El pasado sábado una delegación de FIFA, miembros de la seguridad del equipo australiano y las autoridades locales estudiaron el cumplimiento de los protocolos de seguridad en Daca. Lo principal, según los enviados, es evitar la «exposición en lugares públicos» durante las horas previas al encuentro. La FFA espera ahora una última confirmación de la FIFA donde se garantice la «seguridad de jugadores, técnicos y resto de la expedición» tras los atentados, aunque los futbolistas, entre ellos el guardameta del Valencia, se van haciendo a la idea de que salvo giro inesperado de los acontecimientos en las próximas horas van a viajar a un contexto candente, en el que se vive a día de hoy una de las grandes fricciones que se anudan en torno a este conflicto que ha saltado a primer plano tras los ataques en París.

Australia es uno de los países del primer mundo objetivo del terrorismo islamista pero no hay por qué temer. Su selección está dotada de un equipo de seguridad preparado para contextos como Daca. «Mi mujer está más preocupada que nadie, eso es lo más difícil para mí. Sin embargo, la FFA y el gobierno no nos enviarían si pensaran que no es seguro. Confiamos en ellos e iremos si nos dicen que es seguro para poder viajar», declaraba hace unas horas el jugador australiano MckKay al Daily Telegraph. Más optimista es el delantero Burns, que cree que nada tiene que ver la situación actual con la que tuvo que afrontar la selección de cricket, que llegó a cancelar una gira en Bangladés. «Ellos fueron por más d eun mes, no solo para un partido de 90 minutos. Nosotros hemos estado en Kirguistán y Tayikistán, donde nos decían que podía haber problemas y, sinceramente, la gente nos trató fantásticamente y nos ovacionó». El jugador añade que lo que hace a los ´Socceroos´ tan «especiales» son las experiencias de «conocer nuevos y lejanos lugares. Jugar sin fans en Dubai tampoco es atractivo».

Siempre bien acompañados

Las palabras de los ´canguros´ demuestran lo «a salvo» que se sienten con la ´guardia pretoriana´ que los acompaña a todo destino. «Sabemos que estamos bien cuidados», afirma Burns y añade McKay: «Habrá un montón de seguridad. Tenemos nuestro propio equipo en este sentido y son muy buenos, están aquí con nosotros y viajan a nuestro lado siempre». «Hablo por un número importante de futbolistas y por mí, tenemos una gran confianza en nuestro staff de seguridad. Nos dan la información correcta», agrega el experto Milligan, quien ha viajado con Australia hasta la impenetrable Corea del norte. «He estado en sitios muy interesante con las selecciones aussies, algunos de ellos que suponían un desafío mayor que Bangladés. En 2007, en la clasificación para los Juegos Olímpicos, tuvimos que ir a jugar a Corea del norte, por ejemplo... Es lo que tiene jugar en Asia».