Mucha gente, ya se sabe que unos porque confían en las posibilidades del jugador y otros simplemente porque el entrenador no lo pone, se muestra en contra de que salga Rodrigo de Paul en el mercado de invierno. Lo hace además de una manera muy significativa y rotunda, pocas veces un futbolista del Valencia que además apenas juega es capaz de generar tanta unanimidad a su favor. Sin embargo, vamos a ponernos en el caso de que no, de que el argentino tiene que salir en enero porque hace falta liberar alguna de las 25 fichas, porque no es del agrado de Nuno o prefiere que venga otro. Al final, más allá del mando en plaza que le dado el propietario, él es quien tiene que sacar rendimiento a la plantilla y si considera que es necesario mejorar una posición está en su derecho de proponer y ejecutar.

A partir de ahí, como ofertas a De Paul no le van a faltar, hablemos del precio de salida. Tiene una cláusula de al menos de cuarenta millones y, en este Valencia que paga bien por sus fichajes porque se supone que son buenos, lo más lógico es que se aplique la misma vara de medir cuando se trata de desprenderse de un jugador que también es muy bueno y tiene solo 21 años, aunque por las circunstancias no le encaje ahora al entrenador. Si al final fuera una cesión, que la paguen como es debido. Y si es venta, ¿cuánto vamos a pedir? ¿Veinte? ¿Quizá treinta?

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