Shkodran Mustafi está roto. Anímica y físicamente. La sintomatología de su lesión, un día después sentir el pinchazo en la parte posterior del muslo izquierdo, es de rotura muscular. Las sensaciones fueron malas desde el primer momento en Mestalla. el domingo se confirmaron los peores pronósticos en la exploración a la que fue sometido en la ciudad deportiva de Paterna. El internacional germano tiene una inflamación y un derrame importante que no remite. De hecho, el cuerpo médico del club ha decidido aplazar las pruebas médicas a este martes. El jugador abandonó las instalaciones blanquinegras con un gesto serio y una leve cojera. Señal inequívoca de que la lesión va más allá de una contractura. El alcance exacto de la lesión no se conocerá hasta el martes, pero el jugador tiene asumido que se trata de una rotura fibrilar. Ahora falta comprobar el grado de la misma. Serán los céntimetros de la rotura los que determinen su tiempo de recuperación con exactitud. De momento, el jugador no viaja a Rusia para enfrentarse al Zenit de San Petesburgo en la quinta jornada de la Champions League. Se queda en casa. Lo malo es que no será el único partido que se pierda. Por si fuera poco, el Valencia puede afrontar uno de los tramos más importantes de la temporada sin el ´jefe´ de la defensa. Lo que faltaba.

Solo queda cruzar los dedos y esperar un milagro que raras veces se produce en la medicina. La experiencia acumulada de los médicos y las sensaciones del jugador mandan y la realidad es que no son buenas. No lo fueron desde que se retiró del terreno de juego en el minuto 71 después de sentir un pinchazo en la parte posterior del muslo izquierdo. El jugador ya abandonó el estadio cojeando. El domingo, aunque de forma más leve, se repitió la escena en Paterna. Durante toda la mañana se puso en manos de los fisios en el gimnasio. No son buenos momentos para el germano. Regresó a Valencia asustando y en estado de shock por haber sufrido en primera persona el horror de los atentados múltiples de París y el miedo de Hannover. Ahora, casi sin tiempo para recuperarse anímicamente, sufre una lesión importante en uno de los momento más decisivos de la temporada. Que le rompe a él y al mismo tiempo rompe al Valencia. Perder a uno de los líderes del equipo con el billete a los octavos de final de la Champions en el aire y con los partidos de Liga contra el Sevilla, Barcelona y el propio Eibar a la vista es sinónimo de peligro. No es una baja más.

El central germano es ahora mismo el jugador más importante para Nuno. Así lo demuestran sus números esta temporada. Shkodran es el jugador más utilizado por el entrenador con 1.440 minutos. Por delante de Javi Fuego (1.229), Jaume Domènech (1.170), Dani Parejo (1.159) y José Luis Gayà (1.050). El internacional alemán solo se ha perdido dos partidos. No participó por decisión técnica en la derrota (1-0) contra el Espanyol en Cornellà y también se perdió, esta vez por lesión, el igualado en fútbol pero no en resultado derbi contra el Levante en Mestalla. ¿Y ahora qué? La ausencia de Mustafi merma sensiblemente el potencial defensivo del equipo. Abdennour vuelve a estar a disposición de Nuno pero el sábado quedó demostrado que todavía está falto de ritmo competitivo. Tampoco sus ´sustitutos´ Rúben Vezo y Aderllan Santos han estado a la altura cuando el entrenador los ha necesitado. El portugués jugó en Vigo, entró por el propio Mustafi contra Las Palmas y parte con ventaja para cubrir el centro de la zaga desde ya en Rusia. La vida del Valencia ya era difícil, pero sin Mustafi puede serlo mucho más.