Cuentan que todo estaba preparado para que, después de la medianoche, Nuno estrenara su cuenta de Twitter con un mensaje optimista de presentación a los miles de aficionados que ya le siguen. El plan -siempre falla el plan- se vendría abajo con el inesperado empate en Mestalla y los repetidos cánticos que volvió a escuchar a lo largo del partido, lo que demuestra por un lado lo prudente que se ha vuelto el entrenador en todos los movimientos y comentarios que puedan tener una reacción de causa-efecto entre los aficionados, y por otro que muy atrevidos tampoco son los de la empresa que ha contratado el club para mejorar la imagen del técnico. Y Nuno se ha quedado atrapado en su propia red, siendo ahora mismo un blanco mucho más definido porque tiene un perfil social al que puede apuntar cualquiera y hacer mucho más visibles sus opiniones, la mayoría críticas con la figura de Nuno. Viendo todo lo que le han escrito en estas 24 horas es de suponer que el portugués habrá optado por olvidarse del Twitter durante algún tiempo, el pensamiento hacia él de una gran parte de aficionados es el que es y la crueldad en las redes sociales puede llegar a límites intolerables.

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Pero de eso si acaso que pida cuentas a los recomendados que además cobran por el estropicio a su imagen. Para el valencianismo por encima de la imagen del entrenador está la imagen de su equipo y del club, que ha de estar asociada siempre a la lucha y la ambición. Pensar que al fin y al cabo no estamos tan mal porque seguimos vivos en la Champions y a solo dos puntos del cuarto en la Liga es obviar demasiadas cosas, como el ridículo de Bélgica, como haber jugado menos a fútbol que casi todos los rivales, y no plantearse siquiera que una Liga como esta se da cada bastantes años y es en la que tú puedes pelear por todo, aunque para eso no puedes fallar tanto.