Se llama Salvador González, todos le conocen por Voro y lo suyo al frente del Valencia parece magia. En Barakaldo se sentaba por séptima vez en el banquillo, esta vez por la destitución de Nuno Espírito Santo, para sumar su sexta victoria, que además deja al Valencia prácticamente clasificado para la siguiente ronde de la Copa del Rey en un momento delicado, en el que el club necesitaba esta inyección de tranquilidad y normalidad. En su palmarés hay una única derrota y por goleada ante el Barcelona, justo el rival del próximo sábado en Mestalla, ante el que se despedirá para dar paso al nuevo técnico Gary Neville. Si es con otra victoria habrá que hacerle la ola.

El Barakaldo le metió el miedo en el cuerpo al Valencia con un gol de Arroyo, aprovechando la indecisión de la defensa a la salida de un córner. Mala noticia para un equipo que ahora mismo no va precisamente sobrado de nada y que estaba siendo sometido durante esos minutos iniciales por el empuje del conjunto vasco. Cuando llegó el tanto, en el 15, llevaba el equipo de Voro muchos intentos sin conseguir pasar el balón en condiciones a terreno contrario, tenía al rival volcado y, espoleado por el gol, estuvo a punto de hacer el segundo con una disparo de David Martín que salvó con una excelente estirada Matt Ryan, titular por segundo partido consecutivo.

Había salido el Valencia con un 4-4-2 en el que Joao Cancelo ocupaba la banda derecha, pero por delante de Vezo. Una posición en la que el portugués suele exprimir su habilidad en las inmediaciones del área. Así lo hizo para ganar la línea de fondo por la derecha y, con muy poco ángulo, superar con clase al portero. Cuatro minutos después el Valencia igualaba el partido, aunque solo en el marcador, porque en el campo el conjunto de Voro seguía con muchas lagunas y escaso juego. Ryan todavía sacaría una más antes del descanso y Bakkali, con alguna arrancada desde la izquierda, era el único que daba señales de vida en ataque.

Entró Paco Alcácer en la segunda mitad por el juvenil Rafa Mir, que si no estaba para un partido como este ni qué hablar de la frivolidad de Nuno en Rusia, con la Liga de Campeones en juego. El caso es que el '9' fijó un poco mejor las posiciones del equipo en ataque, abrió más el campo y por fin el balón parecía fluir hacia adelante, aunque no es fácil enlazar dos acciones seguidas cuando el rival se lleva todos los balones divididos. Apretaba el Barakaldo viendo que había lugar para pensar en el segundo gol, llegó a forzar varios saques de esquina consecutivos ante la algarabía de su afición, pero el Valencia no perdonó en su primera contra. Fue una aparición de Santi Mina para tocar hacia el desmarque de Alcácer, que rompió el fuera de juego para ceder en horizontal a su izquierda por donde entraba Gayà para rematar el 1-2. Apenas llevaba unos minutos en el terreno de juego el de Pedreguer, que había sustituido a Bakkali.

El gol acentuó el bajón del conjunto local, físicamente tocado, aunque siguió buscando el empate hasta que el Valencia volvió a encontrar vía libre. Otra vez por el centro, esta vez es Cancelo el que ve la carrera de Enzo Pérez, derribado por el portero cuando le encaró en el uno a uno. Expulsado el meta y penalti que transformó Parejo en el 1-3 definitivo.