Al grito de «Lubo, Lubo, Lubo» recibieron los peñistas del Valencia Club de Fútbol a Lubo Penev en la clásica cena prepartido que prepara la Agrupació de Penyes del club de Mestalla, encabezada por su presidente, Blas Madrigal. El exdelantero blanquinegro -ahora en su faceta de entrenador- agradeció la invitación y se dispuso a contestar todas las preguntas de los presentes ante una gran expectación por la visita de un icono para el aficionado valencianista.

La primera pregunta para Lubo Penev era obligada. «¿Cómo ves al Valencia?». «Tiene que mejorar, es evidente. Vosotros, los aficionados, sois muy exigentes, y lo veo lógico. Yo también lo soy. Esperemos que mejoren los resultados. Al nuevo entrenador, Gary Neville, le deseo lo mejor, como todos los aficionados del Valencia. Pero ahora no puedo entrar en más detalles», afirmaba Lubo Penev, que militó seis temporadas -desde 1989 hasta 1995- con el Valencia.

El búlgaro tampoco eludió la pregunta de si le hubiera gustado ser el elegido para ocupar el banquillo del estadio de Mestalla. «Siempre lo he dicho: sería un honor para mí entrenar al Valencia, pero ya veremos. No tengo prisa».

La final de Copa de 1995

Los aficionados valencianistas repasaron con Lubo sus mejores años en su etapa como jugador del Valencia CF. Y cómo no aquella final de la Copa del Rey de 1995 ante el Deportivo de La Coruña en el Santiago Bernabéu, que por culpa de la lluvia y el granizo se tuvo que jugar en dos días, y que acabaría perdiendo el Valencia. «Recuerdo perfectamente ese partido porque hace unas horas lo estaba viendo otra vez. Aquel día hicimos todo para ganar. Empatamos el partido y cuando mejor estábamos para conseguir el gol de la victoria llegó la lluvia y lo impidió. A los dos días cuando se reanudó el encuentro no estaríamos demasiado concentrados, porque perdimos el partido».

Un jugador con carácter

Como futbolista, Lubo era todo carácter, y los aficionados le recordaron sus contínuas discusiones con los rivales y con los colegiados. Especialmente con Andújar Oliver. «Él hacía su trabajo y yo el mío. Recuerdo que me sacó alguna tarjeta. Antes los árbitros eran más rígidos que ahora. Y ya se sabe: siempre miran el escudo que llevas».

Por último, el exjugador del Valencia recordó algunas novatadas que le gastaron sus compañeros de vestuario en su etapa como futbolista en el equipo de Mestalla, en especial la de Fernando Giner, que Lubo quiso compartir con los presentes. «La verdad que no se atrevían mucho conmigo, pero sí hubo un día que cogieron mi coche, lo metieron en un campo y lo llenaron de globos y balones. La verdad que lo hicieron muy bien».