No se puede celebrar un empate en Eibar cuando eres el Valencia que ha invertido bastante más de cien millones en fichajes en las últimas dos temporadas, aunque la realidad que presenta la clasificación y la que le han dejado al nuevo entrenador es que este equipo nunca ha estado un solo punto por delante del conjunto vasco en las 15 jornadas que se han disputado, que son más de un tercio de la Liga. No haber perdido un partido en el que has jugado tan rematadamente mal, has cometido tantos errores, con un penalti en contra y una expulsión, es un misterio casi indescifrable y, al final, lo que queda es en efecto lo que destaca en su análisis el propio Neville, el espíritu de esos minutos finales en que un equipo que parecía muerto y con un hombre menos se embarca en la quimera de intentar ganarlo como sea y con más o menos fortuna casi lo consigue. Si Paco Alcácer llega a materializar esa última ocasión estaríamos hablando de ciencia ficción. El entrenador se explicará en inglés pero sabe muy bien lo que dice, tiene que levantar un equipo que en efecto está muy mal, para ello cuenta con una serie de futbolistas saturados y otros que parecen todavía en pretemporada. Para conseguirlo ha de agarrarse y potenciar cualquier atisbo de luz por débil que sea.

Mercado: eso no se lo cree ni él

Estamos a dos partidos de poner fin a cuatro meses de pasión, el equipo va a llegar a la semanita de vacaciones a gatas pero si cierra lo de la Copa y logra imponerse al Getafe en Mestalla puede darse por satisfecho con los 24 puntos. Serán siete menos que hace un año, pero visto lo visto podría haber sido mucho peor. Lo que no se cree ni él es eso de que no hace falta fichar en el mercado de invierno, difícilmente cumplirá los objetivos de acabar entre los cuatro primeros y competir en Copa y en Europa si no mejora el equipo, otra cosa es lo que tiene que decir.

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