A comienzos de 2003, una persona alertó a Fran Escribá, que era entonces uno de los responsables del fútbol base del Valencia, de que en los querubines de Escolapios había un niño diferente al resto. Apenas tenía cinco años. Ni siquiera había jugado al fútbol siete, pero aquel chico tenía algo. Eso era más que evidente y acababa de ser distinguido como mejor jugador del Trofeo Españeta, disputado en la Pobla de Farnals. El actual técnico del Getafe no dudó y dio luz verde para que llegase a Paterna. Aquel retaco era Fran Villalba, el genio adolescente por el que hoy suspira Mestalla. Sus padres lo llevaron en abril por primera vez a la Ciudad Deportiva, donde entrenaría sin jugar hasta el final de curso porque los equipos estaban en plena dinámica de competición desde hacía meses. La temporada siguiente, siendo prebenjamín, coincidió con otros jugadores como Chirivella o Carlos Soler, un año más mayores. Él era el más pequeño de todos. Superdeporte reunió a aquel equipo en un parque de la Avenida de Aragón.

Tenían seis y siete años. Ha llovido mucho desde entonces. Ahí comienza el relato de los acontecimientos que conforman el meteórico ascenso de Fran hasta debutar con el primer equipo en Mestalla.

Los técnicos distinguieron en él a un futbolista de talento y desde bien temprano le auguraron un camino hacia el éxito. Siendo alevín, Cañizares se enamoró de él en un torneo en el que el Valencia fue apeado por el Villarreal en cuartos de final. El Barça había visto en acción al valencianista y llama a su puerta para llevárselo a La Masia pero este dice que no se mueve de Paterna. Era un niño. El curso siguiente afronta el salto al fútbol once y rinde a un nivel espectacular a las órdenes de Rubén Mora en el Infantil B, pero a mitad de la campaña José Jiménez, hoy jefe de captación, decide promocionarlo al Infantil A, donde se reencuentra con Chirivella o Soler y coincide con otros jugadores de peso en la Academia como Javi Jiménez, Toni Lato o Alberto Gil. En el Valencia se tenía constancia de que los captadores del Barcelona iban detrás del pequeño Fran y en una época en que la cantera vio mermada su inversión por decisión de Manuel Llorente, presidente en etapa de grandes recortes, se trazó una estrategia para evitar a toda costa su salida. El seis de abril de 2011, los técnicos del Valencia organizan un entrenamiento de Emery con las promesas de Paterna con un objetivo: intentar que Fran sienta que está cerca del primer equipo y no se marche. Su salida fue inevitable. Tras un torneo en Arona, el Barça lo capta pero no se adaptó y en cuestión de mes y medio ya quiere regresar. Echaba de menos a sus padres y al Valencia.

Nueva posición y despegue

El siguiente paso es el cadete de Crack´s, hasta hace poco escuela satélite del club de Mestalla donde se fogueaban los jugadores. Allí, tras sus primeros meses, coincide con Curro Torres. Fran se lleva el premio al mejor jugador del Youth Football Tournament Governor Samara, en el que su equipo gana al Chelsea en semifinales y a la selección de Rusia en la final. Se desempeñaba en la banda izquierda, partiendo hacia adentro, pero el actual técnico del Mestalla decide reubicarlo en el mediocampo cuando toma las riendas del Cadete A del Valencia y desata su potencial.

Sería el año de su lanzamiento. En verano de 2013, Rufete aterrizaba en la Academia y su prioridad era retenerle en el club pese al interés de Chelsea, Liverpool o Barça. «No te conozco, pero dame 15 días para intentarlo y si después te quieres ir yo te llevaré donde sea», le dijo.

La elite trataba de pescar al chico de quince años pero tras la marcha de Chirivella a Inglaterra, su continuidad se convirtió en objetivo prioritario para el Valencia. Ese curso recibió la llamada de la selección española, donde se estrenó con un golazo a Inglatera en el Torneo de Desarrollo de la UEFA y ha ido creciendo en importancia hasta convertirse en un pilar fundamental de las inferiores de la Roja. El Liverpool lo intentó reclutar hace dos veranos pero él renovó su compromiso como valencianista. Rufete lo blindó y le dio estatus de perla de la Academia. En su primer año de juvenil brilló en el División de Honor y dio el salto al Mestalla, de nuevo a las órdenes de Curro Torres. Fue la sensación de la pretemporada

, cautivó a Nuno, Layhoon, Kim Koh y ahora a Gary Neville en menos de una semana. Estuvo a punto de debutar ante el Barça pero su día llegó ante el Barakaldo en Copa. El futuro es suyo. Es la joya del Valencia.