Al Valencia que ha recogido Neville, todavía con más de una vuelta de campeonato por disputarse, le falta el tiempo para armar una reacción y le sobran las heridas y cicatrices, heredadas de un primer tramo del curso al que la etiqueta de accidentado se le queda en eufemismo. El equipo gravita sobre una realidad que no escapa a nadie, se sostiene con alfileres mientras trata de salir de la unidad de cuidados intensivos y lo último que necesita, en un estado de fragilidad vibrante, es que le den la estocada con arbitrajes que predisponen de manera sibilina el escenario para el rival, como sucedió ante el Villarreal. No quiso hablar sobre ello Gary Neville, aséptico en sus valoraciones sobre los colegiados, si bien deslizó tras el encuentro que la falta que sirvió a Bruno Soriano para anotar el gol del triunfo quizá no debió señalarse. La actuación del catalán Álvarez Izquierdo, en cualquier caso, ha sembrado en el vestuario y en un importante sector de la hinchada que al Valencia se le castiga con demasiada facilidad. Y no pasa absolutamente nada. Y por si fuera poco, mañana llega el Madrid lleno de urgencias a Mestalla tras asaltar a la Real Sociedad y al Rayo Vallecano. Dirigirá el murciano Martínez Sánchez, debutante en la categoría. Hay verdadero pánico al árbitro.

Los futbolistas del Valencia están molestos con el arbitraje del pasado miércoles, buena prueba de ello son las palabras de Negredo, que no se mordió la lengua. «Hay días que te dan, otros que te quitan, pero a nosotros parece que nos quitan más y a veces te cansa. No se puede hablar con ellos, van de dialogantes y no te dicen nada cuando les hablas. Eso es el arbitraje aquí en España», denunció el delantero. Y es que no es la primera vez. El equipo ha acumulado hasta seis errores claros en los últimos paritdos. El gol fantasma de Parejo ante el Getafe, el gol legal anulado a Negredo contra el Barakaldo, el gol ilegal de Luis Suárez en la visita del Barça, el gol válido que fue anulado a Mustafi con la visita del Lyon, la expulsión de Orbán por un codazo inexistente... No son excusa, pero los errores arbitrales están ahí y penalizan el rendimiento del Valencia. El murciano, de 32 años, ya fue protagonista en el partido entre el Betis y el Levante en el Ciutat de València. Pedro López se quejó de su chulería y uno de sus asistentes llegó a decirles a los jugadores que si persistían en sus protestas llamaría a la policía. «No se le podía ni hablar», aseguraba Roger en aquella ocasión.

Salpicado de polémica

Las alarmas están encendidas. Martínez Sánchez dirigió hace unos días su octavo partido en Primera y lleva una carrera salpicada de polémica, fue el árbitro de un Las Palmas-Córdoba en el que hubo invasión de campo y del Girona-Lugo del ascenso en el que un auxiliar fue agredido. Se teme que no esté a la altura del encuentro y que favorezca al Madrid. El último árbitro debutante para el Valencia fue Tristante Oliva en la ´Chorizada´. La última víctima del Madrid fue la Real Sociedad. Su presidente, Aperribay, bajó al vestuario en el descanso y le dijo al árbitro que le pondría una querella por haberles «robado».