El día en que la presidenta Layhoon salió a explicar el despido de Nuno Espírito Santo ella sabía ya que Gary Neville era el elegido para ocupar el banquillo del Valencia, aunque no lo dijo porque no estaba todo firmado o simplemente porque en ese momento no se atrevió. El anuncio después nos pilló por sorpresa, nadie había reparado en él pese a ser amigo de Peter Lim, que sigue siendo importante. Además, parecía un enorme desafío a la lógica volver a apostar en un momento tan delicado por otro entrenador sin un currículum importante como tal. Sin saber ni mucho menos que Neville era el elegido, ese día escribí un artículo que decía algo así como «después de lo que llevamos vivido en el último año, al señor Lim le pediría que el entrenador elegido sea un tipo normal. Simplemente eso». Un tipo normal es el que se gana el liderazgo con trabajo y decisiones coherentes, y no ejerciendo de manera arbitraria el poder que le ha venido unicamente de su enchufe con el propietario. Es el que, en lugar de jugar a ser the special one, se entrega a su trabajo y busca siempre lo mejor para el equipo y el club que le ha dado la oportunidad y el honor. Un entrenador que en lugar de llenarse la boca hablando de los jóvenes se dedica a trabajar con ellos y sacarles lo mejor, como a todos los jugadores que tiene en la plantilla.

Esta vez ha acertado el señor Lim, la prueba es cómo le ha dado la vuelta a la historia en solo cuatro semanas, cómo está la plantilla y cómo estaba, cómo estaba la afición y cómo está? Hacía mucho que la grada no aplaudía momentos de fútbol de su equipo y eso ocurrió el día del Granada, más allá de la victoria y la goleada. Al final en el fútbol todo se hace complicado de defender si no llegan los resultados, pero él se lo ha ganado. Por todo lo que nos ha devuelto y por todo lo que apunta, Gary merece ya esa victoria en la Liga, aunque habrá que trabajarla.

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