El Valencia CF es una montaña rusa de sensaciones. Obliga a todo, a pitar de rabia, a levantarse del asiento, a aplaudir. Desesperante durante 80 minutos donde se remarcaron todos y cada uno de los problemas del equipo, el fogonazo final evitó una bronca tremenda. Una genialidad de Álvaro Negredo y la aparición enérgica de Paco Alcácer salvaron un punto, que sabe amargo y sirve de poco.

Los futbolistas se miran, intentan organizarse, gesticulan en busca de un orden, pero no hay soluciones. Las dudas no desaparecen y pese a la buena voluntad de todos, muchas veces sólo queda la calidad y el amor propio. La Liga ha tomado forma de calvario. La segunda vuelta arranca igual que la primera, con un punto. Las sensaciones son inequívocas y obligan a echar la mirada atrás; buena parte de las respuestas están en los errores de la primavera, los despropósitos del verano y cinco meses de competición en los que el Valencia ha perdido buena parte de orgullo y su alma competitiva. Algunos protagonistas ya no están. La herencia resulta una carga muy pesada para Gary Neville. García Pitarch, llegado para liderar una dirección deportiva que durante un semestre no ha existido, tiene margen para cerrar algunas de las vías de agua del grupo€ aunque tampoco puede obrar milagros.

El partido ante el Rayo estaba pensado como una oportunidad para engancharse, pero hubo enganchón. La personalidad, el equipo de verdad fue el Rayo de Paco Jémez. Humilde en recursos, grande en carácter y fútbol. El club vallecano, con lo bueno y lo malo, tiene a Felipe Miñambres diseñando y reinventando plantilla desde hace más de un lustro y también hay cantera, los campeones de España Juvenil del curso pasado. Los pocos puntos postivos sembrados en Los Cármenes se disolvieron sobre el césped de Mestalla. El juego de Rayo, desencadenó una tormenta de pitos, con toda razón. Por desazón, impotencia y rabia. Trashorras fue el comandante del partido, la referencia que se echa en falta en el Valencia, la extensión de Jémez. Es un líder total, maduro. El choque se jugó a su ritmo. No hubo respuesta para contrarrestar el plan rayista. 4-2-3-1 sin balón, pero indescifrable para el Valencia en ataque. Embarba emparejado con Aderllan, Quini libre para llegar por la derecha, Diego Llorente corrigiendo€ Pablo Hernández, en su regreso a Mestalla fue uno de los protagonistas visitantes encargados de maltratar el latifundio que se abrió entre la defensa y el centro del campo valencianista. El equipo sólo fue efectivo en la presión a fogonazos, esa falta de continuidad partió el dibujo. De poco a nada, Jozabed „otro de los protagonistas imprescindibles en la victoria„ se encargó de abrir el marcador tocando y llegando. Pared con Quini y gol delante de los dos centrales. La zona izquierda fue un drama. Antes, Miku ya había estrellado un balón en el larguero.

La segunda parte comenzó con conjura. La voz cantante la llevó Negredo. El 'Tiburón' se inventó un gol de crack, recogió un balón largo, se giró y disparó desde 40 metros consciente de que Juan Carlos estaría adelantado. Unos minutos antes, Miku tuvo el 0-2 y Mustafi le negó el gol a Pablo después de un rechace descontrolado de Ryan ante Trashorras, que recuperó ante Parejo, arrancó y disparó con precisión desde la frontal. El australiano fue una de las novedades del once. Sus méritos en Copa le sirvieron ayer para desplazar a Jaume, el portero que ha sostenido al equipo durante tantos meses. Del 0-2 se pasó al 1-1. Así es el fútbol. Hasta entonces, sólo hubo un equipo y chispazos del Valencia. En mitad de la reacción, el Rayo acertó a balón parado, uno de los dramas del equipo en esta campaña. Diego Llorente remató sólo, sin que nadie asumiera su marca.

Gary Neville guardó la pizarra y apeló al coraje. Así, movió el banquillo en busca de una reacción a puro corazón. El partido se abrió en la dirección que más convenía al Valencia. Después de más de una hora a merced de Paco, ahí si que acertó decisivamente el inglés. Sin capacidad para interpretar partituras complejas, optó por la vía visceral. En ese tramo pudo ganar el Valencia. El colegiado, le negó el empate a Paco por un fuera de juego que no existió. Acto seguido, la aparición bulliciosa de Bakkali y la conexión con Alcácer enmendaron el desastre. Así llegó el empate€ que sofocó al Rayo, bajó de volumen los truenos, pero no despeja la tormenta.

Ficha técnica:

2 - Valencia: Ryan, Barragán (Bakkali, m.82), Mustafi, Santos, Cancelo, Parejo, André Santos, Danilo, Santi Mina (Piatti, m.61), Rodrigo Moreno y Negredo (Paco Alcácer, m.65).

2 - Rayo Vallecano: Juan Carlos, Quini, Ze Castro, Tito, Nacho, Llorente, Trashorras, Jozabed (Baena, m.85), Embarba (Lass, m.34), Pablo Hernández y Miku (Manucho, m.69).

Goles: 0-1, m.15: Jozabed. 1-1, m.55: Negredo. 1-2, m.69: Llorente. 2-2, m.88: Alcácer.

Árbitro: Prieto Iglesias (colegio navarro). Amonestó por el Valencia a Paco Alcácer y por el Rayo Vallecano a Llorente, Quini y Lass.

Incidencias: partido disputado en Mestalla ante 35.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Juan Mas "Cabillo", jugador del Valencia entre 1951 y 1953.