Tengo que aplaudir la decisión de Gary Neville de darle la capitanía a Paco Alcácer por diferentes motivos, pero no deja de preocuparme por una cosa; es la metáfora evidente de que su Valencia empieza de cero otra vez y eso me hace temblar. Empezó de cero recuperando jugadores lesionados, empezó de cero recuperando jugadores exprimidos en el apartado físico, y ahora nos viene a decir que empieza de cero con el equilibrio de poderes en el vestuario. Si son de los que me soportan y leen cada día, sabrán que me he cansado de decir que soy de Parejo, que en este equipo para mí es titular indiscutible, pero que si Parejo es tu capitán, tienes un problema porque no da el perfil. En mi pueblo lo podríamos resumir fácilmente: «No té espenta».

En los últimos días he aplaudido a Paco Alcácer porque sale al campo y cuando peor están las cosas les dice a sus compañeros «pasarela a mí», es decir, da la cara y no se esconde, y he aplaudido a Negredo por una rueda de prensa en la que ejerció de líder y capitán del vestuario. Por ello aplaudo a Neville, ha optado por el que ha dado la cara y un paso adelante cuando peor están las cosas, y aunque lo ha decidido él, estamos ante el ejemplo claro de que el líder no se elige, el líder se hace. El capitán de un equipo de fútbol es aquel a quien los compañeros reconocen como tal, y hoy por hoy, nadie en ese vestuario puede decirle a Paco Alcácer que es capitán por capricho del entrenador y que no ha hecho méritos para mandar. Ya he explicado muchas veces que hay diferentes maneras de planificar mal una plantilla y que Nuno las gastó todas, y una de ellas es elegir mal a los que mandan. El portugués pensó que podría dominar el vestuario a golpe de talonario y rompió algunos equilibrios que ahora pasan factura el funcionamiento interno del grupo.

Vale, pero ¿hay tiempo?

La decisión de Gary Neville es valiente y se la aplaudo porque en ella está el único germen por el que este equipo puede remontar el vuelo, liderazgo reconocido, valentía y humildad. Y trabajo, mucho trabajo. No hay otra receta. Pero me pasa como a todos, en estos momentos yo también dudo de si Neville terminará la temporada y de si será capaz de arreglar esto. El técnico del Valencia está ya bajo la ley máxima del fútbol, aquella que pudo con el todopoderoso Nuno Espirito Santo al que le doy de nuevo las gracias por haber estropeado un proyecto que era la envidia del fútbol español. Perder en Coruña y caer eliminado en la Copa del Rey la semana que viene me parecería una situación insostenible. ¿Caer en la Copa he dicho? Rectifico, perder en Coruña puede ser hasta suficiente. Lo digo como lo pienso por más que la herencia que ha recibido es poco menos que desastrosa y lleva un veneno dentro que pudre y corrompe, pero una cosa es la herencia y otra no ganar ni un partido. ¡Ni uno! Eso no se sostiene, por ello quiero pensar que habrá alguien en el club sopesando la posibilidad de que el actual entrenador no termine la temporada. Sería lo normal.

Maldita sea mi suerte

Y sí, el Valencia no estuvo tan mal ante Las Palmas, al menos en la primera parte, y si no la ganó fue por mala suerte, al menos eso creo yo, pero el problema de este equipo no es la mala suerte. Sin ir más lejos, fue la buena suerte quien evitó la derrota en Liga ante el Rayo Vallecano; lo normal habría sido perder el partido porque hicimos muchos méritos... Descartado por tanto el asunto de la fortuna, lo que me preocupa en este equipo es que hizo una buena primera parte en Anoeta y la empató a cero, hizo una buena segunda parte en Villarreal y la perdió 1-0, e hizo una buena primera parte en Copa ante Las Palmas y la perdió 0-1? Es decir, hasta el momento, el Valencia de Gary Neville, en su mejor versión, no gana. ¡Eso sí me preocupa!

PD: Para terminar y a modo de mala leche, hago mía una reflexión del compañero Pascual Calabuig, más conocido como Pascu DELUXE. Es curioso ver que algunos se hacen los valientes y cargan contra la situación actual del Valencia pero hacen malabares con las palabras, es decir, tratan de esquivar los nombres de Salvo y Rufete. Ni Salvo ni Rufete son Dios, y algo mal harían porque es normal, pero definir la situación de caos que vive el Valencia estos días sin nombrarlos es cómico. Insisto, estamos en manos de García Pitarch y me consta que está currando como un loco, pero no pasa nada por decir que esto es la herencia que nos deja Nuno con el consentimiento de Peter Lim tras cargarse a Salvo y Rufete, y que el fichaje de García Pitarch no es más que la constatación de aquel error. A partir de ahora los llamaremos ´Los sin nombre´. Parece que algunos les quieran aplicar la ´Damnatio Memoriae´ de los romanos, que es algo así como borrar a un tipo de la memoria y la historia. En Roma cuando alguien traicionaba al estado se borraban sus nombres de todos los edificios públicos.

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