Enzo Pérez regresa al equipo y es la gran novedad en el equipo titular que sale a jugarse estar en una semifinal de la Copa. El once que presenta Gary Neville es el formado por Ryan, Barragán, Mustafi, Abdennour, Gayà, Enzo, Parejo, André Gomez, Rodrigo, Negredo y Piatti. Santos, De Paul y Santi Mina, descartes.

«En este ya no podemos fallar». Es la voz de uno de los pesos pesados del vestuario y la mentalidad con la que todos y cada uno de los 21 jugadores subieron las escalerillas del P61131 de Volotea con dirección a Las Palmas. Sus caras en el Aeropuerto de Manises reflejaban la presión y responsabilidad del momento. Por primera vez en la temporada se volaba con la sensación de que había llegado la primera final. En pleno mes de enero. Hasta ahora el técnico siempre se había escudado en el margen de mejora del equipo. Había tiempo para reaccionar. Pero la cita de esta noche en la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey es definitiva. Lo será deportiva y anímicamente para todos. Club, vestuario y afición. Es el ambiente que se respiraba en la expedición. El Insular de Las Palmas será un punto de inflexión para bien o para mal esta temporada. Ganar sería escapar de la inercia negativa en la que está instalado el equipo, dar un paso adelante y seguir confiando en las palabras optimistas de Gary Neville. Toda una inyección de moral para unos jugadores que necesitan urgentemente confianza en forma de resultados y una afición cansada de decepciones en la Liga. Perder sería un fracaso en mayúsculas. Ayer nadie quería imaginarse lo larga que podría hacerse la temporada. Por eso más que nunca el Valencia necesita la Copa. Como estímulo para que el cuerpo técnico y los jugadores continúen creyendo. Como llama de esperanza de un valencianismo desilusionado en horas bajas. La Copa es la vida.

Parejo caminaba solo pensativo. Gayà y Barragán le daban vueltas a la cabeza. Enzo volvía serio junto a Negredo y De Paul. Mustafi y André charlaban a solas. «Nosotros somos los más jodidos porque no nos salen las cosas». Los jugadores necesitan sí o sí un partido redondo para salir de la frustración de querer y no poder en la que están atrapados. Todos sienten que hoy es el día. O hoy o nunca. Menos tenso parecía Gary. Bromeó con Angulo y Phil y aprovechó para estudiar español en el avión. «Gayà no es lesionado no se dice, se dice Gayà no está lesionado». El inglés, pese a todo, parecía el más tranquilo de todos. Y lo está. Hay que entenderlo como una buena señal. Tiene la total seguridad de que va a sacar el equipo adelante y lo quiere demostrar de una vez por todas con resultados. Se la juega Gary y también el club. El proyecto Lim está en tela de juicio tras el fiasco de Champions y la andadura en la Liga, pero nadie olvida que la final de la Copa está a tres partidos. No se puede dejar escapar. Sería un pecado después de los últimos sorteos. Ayer se desplazaron a Las Palmas Layhoon y Kim Koh. La presidenta intercambió palabras con Gary durante el vuelo tras sus últimos dos gabinetes de crisis. Hoy llegará Suso García Pitarch. La cúpula se moviliza. Para apurar las opciones de fichar en el mercado de invierno y apoyar a un equipo que aún no se da por muerto. Hoy hay mucho en juego y solo vale pasar. Toca marcar por el 1-1 de la ida y volver a ser ´grande´. Esperan unas semifinales y, algo aún más importante, un futuro más alentador.