"Enhorabuena por el resultado de ayer. Ahora por favor, apaguen los aparatos electrónicos, vamos a proceder al despegue con destino Valencia", dice respetuosamente el piloto. El equipo despegó del Aeropuerto de Gran Canaria a las 12:25 horas sin saber su rival de Copa del Rey. Mientras todo el valencianismo estaba pendiente de lo que pasaba en Las Rozas, Gary Neville y sus jugadores volaban por el espacio aéreo a miles de metros de altura. A las 12:34 empezaron a entrar los nervios. "¿Se sabrá ya?", preguntaban al delegado Voro. "Al principio ponen un vídeo, todavía no se sabrá", respondía tranquilizando a todos. La tensión empezaba a notarse en el ambiente.

Patricia, encargada de los viajes del equipo, se puso en contacto con el piloto antes de despegar para pedirle que intentará conectar con la torre de control y conocer el rival a través de su radio. 12:41 entran los nervios de verdad. "Tenemos rival y no lo sabemos!". Patricia se levanta de su asiento y se dirige a la cabina del piloto. "Están en ello, no es tan fácil", dice a su regreso. Pasan los minutos y la incertidumbre crece. "Ha tocado el Barça, los dos partidos fuera!", bromean desde la parte delantera del avión. Técnicos y jugadores se echan a reír. Es la risa nerviosa. Son las 12:55 y ha sido imposible averiguar nada. Poco parece importarle a los técnicos. Angulo, Phil Neville y el analista Andy están con la tableta digital en mano repasando las imágenes del partido de ayer. Angulo se levanta a consultar una jugada con José Manuel Otxotorena. "Todavía no. A la una hay prevista una transmisión, así que hay que esperar un poquito solo", dice un miembro de la tripulación -alicantino y del Hércules por cierto-. 13:05.

También Gary se impacienta. A las 13:10 llega la noticia al avión. Ha llegado la comunicación en forma de papel. En un 'Crew Message': "COPA DEL REY: Barcelona/Valencia". "¡El Barça. Primero en el Camp Nou y luego en Mestalla!". Voro es el primero en enterarse. Posteriormente Damià le hace llegar la noticia a Layhoon Chan, Gary Neville y Suso García Pitarch. La noticia corre y llega a los jugadores tan rápido como el papel recorre el avión desde las filas de delante hasta las de detrás. Gary sonríe. El sorteo no ha sido benévolo con el equipo, pero el técnico no le tiene miedo. Nunca dejó de creer en su equipo y ahora menos.