El sábado por la noche, Diego Alves se marchó del estadio de Mestalla en compañía de los suyos. Desprendía la ilusión de un adolescente. El brasileño, de 30 años, volvió a defender la portería del Valencia CF ocho meses y medio después de la grave lesión de rodilla que sufrió en el último partido de la pasada Liga, a finales de mayo en Almería. «Es un partido importante, jamás había estado tanto tiempo alejado de lo que mejor hago, jugar al fútbol. Sólo yo sé lo que he tenido que hacer para estar aquí, le agradezco a los que han estado a mi lado todos estos meses ayudándome a superar el momento más duro de mi carrera… Estoy muy feliz por debutar en Mestalla otra vez», explicó ilusionado el ‘1’ del Valencia.

El regreso a la escena de Alves ha coincidido con el final del calvario para un equipo que llegaba al partido contra el Espanyol angustiado, con 12 partidos consecutivos a la espalda sin poder ganar. Al menos, durante esta semana el Valencia respirará más tranquilo. La victoria, en la que el guardameta desempeñó un papel protagonista, ha ampliado el margen con la zona de descenso. Esta jornada los tres últimos —Levante, Granada y Las Palmas— han perdido. Además, el Espanyol lo hizo en Mestalla, mientras el Betis, Rayo y Sporting no pasaron del empate. Sólo la Real ha ganado esta semana, mientras que por arriba, el Valencia queda a ocho puntos de la Europa League. La victoria, en la que el guardameta desempeñó un papel fundamental, ha ampliado el margen con la zona del descenso y acerca a los de Gary Neville a las posiciones europeas.

El brasileño vuelve con ángel. Falló en una ocasión clave que supuso el gol de Duarte pero supo rehacerse con un recital de paradas determinantes. Su contribución, a fin de cuentas, fue explosiva. Se le perdona un desliz después de tanto tiempo de inactividad. Sus paradas y sus números le avalan. Desde el partido del 30 de noviembre de 2014 ante el Barça, que fue la última derrota antes de una racha de más de un año en la que Mestalla fue inexpugnable —hasta el tropiezo ante el Sporting— Alves posee una estadística brillante, de trece victorias y dos empates. Y en su primer partido tras la lesión de rodilla, evidenció su marcada personalidad. En el minuto diez salió al centro del campo para reorganizar a Enzo Pérez y a repartir instrucciones a Aderllan Santos y tras el descanso dirigió el corrillo en torno al que se cimentó la remontada frente al Espanyol.

El guardián de Mestalla

Nada más salir del vestuario, levantó la cabeza y en la zona mixta, justo al fondo, se encontraba su mujer y un amigo de confianza. Los tres sonreían. Antes que comentar con ellos su reaparición, debía hacerlo ante los medios. Fueron solo unos minutos antes de celebrar con ellos y con sus dos hijos su regreso estelar. El brasileño festeja con optimismo, después de pasar un calvario de más de ocho meses, que le hace volver todavía más fuerte. Sus paradas y su liderazgo son determinantes para levantar la dinámica del Valencia. El sábado, en su primera puesta en escena, el Valencia volvió a ganar después de doce partidos atrapado en una espiral de resultados destructivos. Es el factor Alves. El ángel regresa a Mestalla.