Un empate y jugársela en la vuelta en Viena. El entrenador del Rapid de Viena, Zoran Barisic, ha querido pasar la presión al Valencia y ha asegurado que firma la igualada y esperar a ver qué ocurre en el Ernst-Happel, el estadio de los austriacos. Eso sí, el técnico visitante matiza: «hay que jugar el partido». Los austriacos llegan conscientes de su papel y con la lección aprendida y lo ha querido demostrar el entrenador visitante en la rueda de prensa previa al encuentro. En ella, Barisic ha señalado la calidad individual del Valencia y ha querido destacar a uno: Álvaro Negredo de quien ha dicho que «lleva haciendo muchos goles». Para el entrenador austriaco, el '7' es la punta de lanza de un ataque «muy fuerte», del que también ha mencionado a Alcácer, Cheryshev y Feghouli. Negredo marcó el pasado sábado y será la principal asignatura a la que tendrán que hacer frente los defensas del conjunto verde. Los otros tres apuntados parece que se quedarán fuera del once para próximos exámenes de Neville. Preguntado sobre si estas rotaciones suponen o no una falta de respeto hacia el rival, el preparador del Rapid ha asegurado que «entiende» los cambios del entrenador inglés ya que, según él, el Valencia dispone de «un gran equipo y mucha calidad» por lo que «puede usar suplentes».

A Barisic se le nota que ha estudiado para Mestalla: «el Valencia va a intentar presionar arriba». También ha señalado la importancia que tiene para el club blanquinegro la afición por lo que, según el entrenador austriaco, los locales «van a movilizar a la afición y a crear mucho ambiente». Pero si lo de esta noche es un examen, es el Valencia el que llega con algunas materias pendientes algo que saben los vienenses, por eso, el técnico del equipo verde ha explicado que en este tipo de partidos, «pesa más la situación actual que la tradición». Los austriacos llegan tras golear al Austria de Viena en el derbi de la ciudad por lo que su entrenador ha querido arengar a sus jugadores a «dar el máximo» y «centrarse» en ellos mismos independientemente del rival al que siguen dando como favorito pese a las debilidades del Valencia que ha dicho que quiere explotar pero no mencionar en rueda de prensa «por respeto».

Y es que el actual subcampeón de la Bundesliga austriaca se siente cómodo en el papel de rival débil. De hecho, su entrenador ha incidido en la idea de que «la presión la tiene el Valencia» y que de pasar la eliminatoria sería «una sorpresa». Pese a cederle el puesto de favorito a los blanquinegros, Barisic ha avisado de que sus jugadores «se han estado preparando durante el parón invernal» y que afrontan el encuentro como «un gran desafío» en el que tienen «mucha ilusión». Para el aviso, el Rapid ya dio la campanada ante el Ajax en la Previa de Champions y en grupos de Europa League ante el Villarreal.

Los vieneses llegan motivados y con 3.000 seguidores

«Un partido especial», así ha definido el capitán del Rapid de Viena el encuentro de esta noche entre el Valencia y el conjunto austriaco. Hoffman ha explicado en rueda de prensa que el de Mestalla es un partido importante para el club y para los jugadores ya que es la primera vez que consiguen llegar tan lejos en la competición europea y es por ello por lo que el conjunto verde llega motivado y con ganas de «demostrar» que están «a la altura». Para el Rapid, este partido es, según ha señalado el capitán, «el resultado de un año y medio de duro trabajo». El jugador austriaco ha destacado el nivel del Valencia y de sus jugadores pero no por ello se ha arrugado al decir que son equipos «comparables» porque «juegan la misma competición» y a ambos les gusta «tener la pelota».

El Rapid llega con ganas y con tres bajas sensibles: Novota, portero titular, Dibon, fundamental en defensa y Schaub, cuya baja resta desequilibrio arriba. Pero la ilusión austriaca no llega solo en los 25 que futbolistas que estiraron en Mestalla. Se esperan más de 3.000 aficionados austriacos en Valencia para animar a su equipo, algunos de ellos ya se encontraban ayer viendo el entrenamiento y jaleando los preparativos de Barisic y sus pupilos. Toda una marea verde que espera que su equipo esté a la altura en un «partido especial» para el Rapid.