Antes de cumplirse los diez minutos de partido el marcador iluminaba ya el 2-0 a favor del Valencia. No, no era ningún error. Era intensidad, agresividad, verticalidad... Un Valencia desconocido que en el arranque de esta Europa League pasaba por encima del Rapid de Viena, asestaba dos golpes mortales y lo que faltaba por llegar, porque antes de la media hora subían el tercero y el cuarto. En el 35, el quinto. En toda esa avalancha de fútbol, un nombre propio, dos goles y tres asistencias. Santi Mina, un auténtico puñal llegando desde la derecha para irrumpir en el área una y otra vez. El 6-0 final es una inyección de adrenalina. Lo necesitaba el equipo, lo necesitaba Neville y lo necesitaba Mestalla, que volvió a vibrar con el fútbol después de muchas tardes y noches de tristeza.

A los tres minutos Mina hacía el primero tras una buena combinación entre Gayà y André, que es quien pone el balón para que el gallego remate no sin antes robarle la cartera al defensa. El propio Mina metía el balón para el desmarque de Parejo, que rompiendo el fuera de juego marcaba el segundo. El Valencia se había desatado, quería más, presionaba muy arriba pero sin perder el orden en todas sus líneas. Así, absolutamente sorprendido, el conjunto austriaco no encontraba respiro. No lo conseguiría nunca. Estaba fuera del partido y, con un arreón más, el Rapid estaba también fuera de la eliminatoria. Primero Piatti colocaba un balón perfecto pata Mina, que otra vez aparecía por donde no lo esperaba su marcador para hacer el tercero.

Solo cuatro minutos después, el no va más. El 22 se llevaba la pelota con un sombrero al defensa, toque con la cabeza para tirársela en largo y centro del primeras con la derecha en bandeja para que Negredo se sumara a la fiesta con el cuarto. Cerca de 30.000 aficionados, excepto los 3.000 austriacos, eran los afortunados que asistían a una auténtica fiesta, una nueva sensación después de tanto sufrimiento. Una liberación merecida. Antes del descanso Santi Mina redondeaba 45 minutos de locura con una nueva asistencia para André Gomes. ¡Cinco!

La UEFA felicitaba al Valencia por ser el primer equipo que logra marcar cinco goles en la Europa League antes del descanso, al que el Rapid se iba totalmente muerto. Su entrenador retiraba incluso a un jugador, Hoffman, cuando ya pasaban algunos segundos del 45. Con los octavos de final en el bolsillo, el Valencia salía en busca de control. Neville quitaba enseguida a Parejo y después a André, la intensidad empezó a bajar, como era lógico, y eso lo aprovechaba el rival para intentar al menos no irse de vacío. No lo consiguió, el Valencia estuvo atento en defensa y, en la única ocasión realmente clara de gol, Mat Ryan se lucía. El último en irse a descansar fue Cancelo y fue su sustituto, Barragán, el que estuvo a punto de hacer el sexto en un disparo desde fuera del área que rozó el poste. Pero el sexto llegó, fue Rodrigo con un remate manso que se le coló por debajo del cuerpo al portero y entró llorando.

Ficha técnica:

6 - Valencia: Ryan, Cancelo (Barragán, m.76), Santos, Vezo, Gayà, Danilo, Parejo (Javi Fuego, m.59), André Gomes (Rodrigo, m.68), Santi Mina, Piatti y Negredo.

0 - Rapid de Viena: Strebinger, Pavelic, Sonnleitner, Maximilian Hofmann, Stangl, Petsos, Schwab, Schobesberger (Weber, m.87), Steffen Hofmann (Grahovac, m.44), Kainz (Murg, m.46) y Jelic.

Goles: 1-0, m.4: Santi Mina. 2-0, m.10: Parejo. 3-0, m.25: Santi Mina. 4-0, m.29: Negredo. 5-0, m.35: André Gomes. 6-0, m.89: Rodrigo.

Árbitro: Miroslav Zelinka (República Checa). Amonestó por Valencia a Cancelo y por el Rapid a Schwab y Petsos

Incidencias: partido de ida de los dieciseisavos de final de la Liga Europa disputado en Mestalla ante 20.000 espectadores.