El discurso de revancha de los juveniles atracados en la Youth LeagueYouth League se impregnó de gasolina nada más finalizar el encuentro en Cobham. Tan pronto se rebajó el nivel de tensión, José Ramón Alexanko buscó entre la multitud a Mariano Konyk, Fran Villalba, Toni Lato y Rafa Mir, cuatro de los titulares en el fatídico partido ante el Chelsea, y les pidió que trataran de dejar atrás lo que acababa de suceder, por incomprensible e injusto que fuese, porque al día siguiente ponían rumbo hacia Viena con el primer equipo. Primera noticia. La sensación no podía ser más contradictoria para ellos, oscilaron entre extremos sin hacer descompresión, como si les hubiese tocado la lotería en medio de un funeral. En cuestión de minutos, el fútbol había mezclado una de las experiencias más trágicas de su carrera con una de las más atractivas. Un jeroglífico emocional así de complejo únicamente puede resolverse de una forma, ajustando las cuentas sobre el terreno de juego frente al Rapid.

Los mensajes de WhatsApp que enviaba el cuerpo técnico del primer equipo la misma noche del martes iban precisamente en este mismo sentido, con calificativo para el árbitro incluido. Los Neville, en vista del incontestable seis a cero de la ida en Mestalla, han detectado que se trata del escenario ideal para premiar a algunos de los activos más prometedores de la Academia y están dispuestos a explotar ese sentimiento de desquite generado por el despropósito de la Youth League. El Valencia puso rumbo hacia Austria ayer a primera hora de la tarde con cuatro perlas en edad juvenil y un jugador en un estado de cocción más avanzado, Tropi, innegociable en los esquemas del Mestalla. La exhibición de la semana pasada borró el partido del calendario para Parejo, André Gomes, Enzo Pérez, Cancelo, Alves, Cheryshev y compañía y abre la posibilidad de que en la segunda parte —antes imposible, todos fueron titulares este mismo martes— entren en escena algunos protagonistas del Valencia CF del futuro.

El rival no tiene opciones

Con el Rapid amortizado, el único discurso de rebeldía que puede fructificar esta tarde en el Ernst Happel pasa por ellos. Son los cuatro elegidos para la revancha en Viena. En el carril izquierdo, el vacío que genera Siqueira, que no está inscrito, puede entrar Lato. Lateral de alto nivel, talento académico, cotizado a sus 18 años y en un estado de confianza que puede con todo. Fue convocado hace unas semanas por Neville pero no llegó a debutar. En la medular, sustituyendo a André Gomes, viajó Fran Villalba. La joya de la Academia no necesita presentaciones a estas alturas. El valencianismo ya ha disfrutado de su enorme potencial un par de ocasiones en Mestalla y se relame ante el jugón que viene. Europa es la única frontera que le queda por conquistar este año. Junto a él pudo entrar Carlos Soler y ese era el plan incial del Valencia pero finalmente descartaron la posibilidad por su particular situación contractual, que vence el próximo 30 de junio.

La gran novedad es Mariano Konyk, nacido en Buenos Aires pero de padres ucranianos. Este central nacido en febrero del 1998 fue el primer fichaje de Rufete, un jugador con el que se peleó duramente con el Espanyol y en torno al que se concentran grandes expectativas. Un juvenil de segundo año que causa sensación y al que se le adivina una proyección de primera magnitud, el elegido para entrar en la defensa, donde iba a entrar Diallo pero todavía no ha cumplido los dos años de canterano, requisito indispensable para la Europa League. El cuarto elemento es Rafa Mir, potencia en vena, el hombre al que Nuno estrenó en Champions antre el Zenit, que está brillando con el Juvenil A. Las ganas de cobrarse la justicia hoy en Viena son tan grandes como la ilusión.