Con el Rapid amortizado, el único discurso de rebeldía que puede fructificar esta tarde en el Ernst Happel pasa por ellos. Son los cuatro elegidos para la revancha en Viena. En el carril izquierdo, el vacío que genera Siqueira, que no está inscrito, puede entrar Lato. Lateral de alto nivel, talento académico, cotizado a sus 18 años y en un estado de confianza que puede con todo. Fue convocado hace unas semanas por Neville pero no llegó a debutar. En la medular, sustituyendo a André Gomes, viajó Fran Villalba. La joya de la Academia no necesita presentaciones a estas alturas. El valencianismo ya ha disfrutado de su enorme potencial un par de ocasiones en Mestalla y se relame ante el jugón que viene. Europa es la única frontera que le queda por conquistar este año. Junto a él pudo entrar Carlos Soler y ese era el plan incial del Valencia pero finalmente descartaron la posibilidad por su particular situación contractual, que vence el próximo 30 de junio.

La gran novedad es Mariano Konyk, nacido en Buenos Aires pero de padres ucranianos. Este central nacido en febrero del 1998 fue el primer fichaje de Rufete, un jugador con el que se peleó duramente con el Espanyol y en torno al que se concentran grandes expectativas. Un juvenil de segundo año que causa sensación y al que se le adivina una proyección de primera magnitud, el elegido para entrar en la defensa, donde iba a entrar Diallo pero todavía no ha cumplido los dos años de canterano, requisito indispensable para la Europa League. El cuarto elemento es Rafa Mir, potencia en vena, el hombre al que Nuno estrenó en Champions antre el Zenit, que está brillando con el Juvenil A. Las ganas de cobrarse la justicia hoy en Viena son tan grandes como la ilusión.