El desastroso paso por la Liga 2015/16 -no se recuerda un número de victorias tan pésimo tras 29 jornadas desde 1988- hace imposible que el Valencia CF pueda centrarse en la Liga Europa totalmente tranquilo.

Después de la vuelta de octavos contra el Athletic, los pupilos de Gary Neville recibirán, también en casa, al Celta de Vigo. Las tres derrotas en los últimos cinco partidos ligueros (Athletic, Atlético y Levante) han provocado que los blanquinegros se planten en su ´final´ europea de este jueves en Mestalla sin, ni siquiera, haber alcanzado la modesta cantidad de 40 puntos en el clásico torneo de la regularidad. Por ello, el choque frente a los vigueses -séptimo clasificado con 11 puntos más- y los posteriores al parón adquirirán una especial relevancia hasta que el equipo logre cuanto antes las tres victorias que garanticen por completo la permanencia en la máxima categoría.

Si los de Neville fuesen capaces de encadenar una serie de encuentros sumando de tres en tres, entre ellos el del domingo con el Celta, incluso, podría abrirse la puerta europea a través de la séptima plaza.

Sin embargo, hoy en día ese objetivo es ciencia ficción. La realidad del Valencia es otra, es la de un equipo sin ADN competitivo que, con el técnico inglés al frente, únicamente ha podido ganar tres de 15 partidos en la Liga.

Un grupo que a estas alturas de temporada no estaba tan lejos del líder de la Liga desde el año del descenso, 1986. Entonces, la distancia con el Real Madrid era de 31 puntos en una liga que premiaba los triunfos con dos puntos. La equivalencia, en función del número de victorias y empates, sería de 49. Ahora el Valencia mira al Barça 41 puntos por la espalda.

La jornada 29 concluyó con el empate entre el Granada y el Espanyol (1-1). Ahora la renta a favor de los blanquinegros con el primer puesto de descenso, donde cayó ayer el Getafe, es de siete puntos. El conjunto de Neville no puede descuidarse con un calendario en el que tendrá que enfrentarse a rivales tan fuertes como el Barcelona, el Real Madrid, el Sevilla o el Villarreal. Además, en la Liga no hay nada absolutamente decidido.

Prácticamente, todos tienen aún algo en juego. El título, un billete para Europa, asegurarse los puntos de la tranquilidad, escapar de los abismos de la clasificación... En esta complicada espiral, el Valencia deberá visitar pronto a un par de equipos que pelean por salvar la categoría. El 2 de abril el equipo regresará a la competición tras el descanso de dos semanas con un duelo en el estadio Gran Canaria ante la UD y el 24 del mismo mes tocará viajar al Coliseum de Getafe.

Si todo va sin sobresaltos, los de Mestalla podrían llegar tranquilos al final de curso, por encima de los 40 puntos, y con rivales delante que tampoco tengan demasiado en juego como Real Madrid o Real Sociedad. Pero antes habrá que hacer los deberes y no confiarse, ya que en los últimos seis años la Liga ha vivido campañas en las que el décimo-séptimo se salvó con 35 puntos, como la pasada el Granada, o con 37, como en 2013 el Celta; aunque también hubo otras como la 11/12 en la que el Granada tuvo que firmar 42, ó 44 el Mallorca en 2011.

El Valencia no puede pensar sólo en Europa, requiere de un cambio de rumbo y de dinámicas en la Liga. Con 15 partidos en su haber, Gary Neville aparece como el tercer técnico con peor porcentaje de victorias de la historia del club. Y en la modernidad no ganar en una liga de tres puntos es casi perder.