Finalizado el entrenamiento del jueves, Neville abandonaba al mediodía las instalaciones de Paterna acomodado en el asiento de atrás de un automóvil de alta gama conducido por un chófer ataviado para la ocasión, con traje y corbata. Esa escena suponía en sí toda una frontera para el técnico, que abría un pequeño paréntesis entre la accidentada dinámica de su día a día y el retorno a la selección de Inglaterra, su desafío de cabecera antes de que Peter Lim marcase su teléfono en el mes de diciembre. Muchas cosas han cambiado para Gary desde que tuvo lugar aquella conversación y el entrenador del Valencia regresa con su país, donde lo único que permanece incólumne al paso del tiempo y a los resultados es la comprensión invariable de Hodgson. Este sábado se la juega. Inglaterra debe demostrar de qué es capaz en un examen competitivo de alto nivel contra la Alemania de Mustafi, campeona del mundo, un partido que no tiene nada de amistoso y que marcará la línea hacia donde camina la selección. Neville se juega su prestigio después de degradar en València las altas expectativas generadas hasta entonces en su país.

Hasta hace bien poco el técnico estaba considerado la gran esperanza del fútbol inglés. Carácter, raza, liderazgo, experiencia a primer nivel, nitidez para interpretar el juego, un pasado como capitán de una nación con más de sesenta millones de hinchas, un periodo de aprendizaje y un maestro a vueltas con la jubilación tras la próxima Eurocopa de Francia así lo contrastaban. Inglaterra concebía a Gary como el candidato perfecto. Más, después del simulacro de cinco meses que estaba a punto de acometer en Mestalla. Aquello lo prepararía para tomar el testigo. Sin embargo, en algún momento el guion de la película debió torcerse. El técnico, que viene a ser el Ayestarán de allí, si bien las atribuciones del coach en el sistema inglés son bastante superiores a como se entienden en el día a día de Paterna, tenía un cartel de lujo... La primera línea de combate, no obstante, ha devorado a Neville en tiempo récord.

¿Hacia dónde camina?

Berlín recibe al inglés sin margen para hacer descompresión. El partido definirá hacia donde camina Inglaterra, una selección que arrasó con un pleno de victorias en la fase de clasificación para la Eurocopa. Si gana, Inglaterra saldrá reforzada a todos los efectos y se confirmará como candidata a ganar el torneo, a la vuelta de la esquina. Si pierde, el golpe puede sembrar un peligrosísimo entramado de dudas a unos meses del comienzo de la competición. Neville se encontrará en frente a Mustafi, que según las previsiones, actuará como central diestro titular en un eje de la zaga que liderará Hummels. Sin lugar a dudas es el partido del día. Todos los focos se centran en el estadio olímpico de Berlín. También la atención del valencianismo, que trata de ajustar la imagen de ver a su entrenador con otro escudo.

Su etapa como comentarista no le ha valido para hacer amigos. Son muchos los que aprovechan ahora para atacar a Gary Neville por las valoraciones que hizo en su día en Sky Sports. El último es Harry Redknapp, que en el Evening Standard ha escrito: «Gary en televisión señalaba los errores tácticos de lo equipos. Miro el Valencia y veo muchos errores. El fútbol es diferente cuando hablas y cuando eres entrenador. Cuando firmó ya lo avisé, era arriesgado porque no tenía experiencia. Está viviendo ahora una pesadilla», y sentencia, «sería ridículo que se le concediese una oportunidad como seleccionador o en el United».