Quique Setién está más preocupado por la motivación extra que siempre supone el cambio de entrenador, que por las ideas que pueda plasmar el Pako Ayestaran «en tan poco tiempo». Pese a todo, el preparador cántabro hizo los deberes y preparó el partido con máximo rigor. Tanto, que el jueves estuvo viendo partidos del Maccabi de Tel Aviv, equipo al que Ayestaran entrenó la temporada pasada y con el que fue campeón de todo en Israel. «He comprobado que los jugadores estaban bien organizados y que priorizaba el buen trato de balón pero no sé si en cuatro días va a poder plasmar una idea concreta», analizó Setién.

Setién considera el partido «importantísimo», porque en caso de victoria isleña les acercaría a la permanencia, y volvió a sacar la calculadora, indicando que entre 36 y 38 puntos podrían ser suficientes para salvarse por los enfrentamientos directos entre los implicados.

El triángulo mágico de la ´UD´

«La Unión Deportiva Las Palmas está a un buen nivel de intensidad y con muchas ganas de mantener esta buena racha. La plantilla ha trabajado duro durante la semana». El estadio de Gran Canaria se prepara para ser una fiesta, pero Setién no quiere confianza. De los últimos quince puntos, Las Palmas ha sumado doce y el Valencia tres. El buen momento se explica desde la intensidad de todos, pero la clave nace en los tres hombres de centro del campo: Roque Mesa (vértice bajo), Tana y Jonathan Viera. Despliegue, calidad, gol y creación. Sala de máquinas... total. Además, Vicente pronto estará listo.