"Estoy preparado para ser entrenador", era el titular de una entrevista concedida por Pako Ayestaran a SUPER en septiembre de 2009. Fue coincidiendo con su regreso al Valencia CF, donde viviría una segunda etapa como preparador físico junto a Unai Emery, con el que este domingo se verá las caras en Mestalla. Juntos lograron el objetivo de devolver al Valencia a la Champions después de haber atravesado el club por una delicada situación en los últimos meses de la era Soler, a la que siguió un año dramático siempre al borde del concurso de acreedores. Pero esa relación no fue más allá de una temporada porque, en efecto, la aspiración y la ambición de Ayestaran era ser entrenador y entonces en el Valencia aquello era imposible. A la segunda, y después de varias experiencias en ligas de nivel inferior, su paso de asistente a máximo responsable en el banquillo del Valencia se ha hecho realidad. Hoy se verán de nuevo las caras.

En el verano de 2010 Ayestaran rechazó la oferta de renovación del Valencia y se marchó. Aunque el ahora entrenador del Valencia lo negó y dijo que su relación con Unai Emery había sido "perfecta", esa frase de "estoy preparado para ser entrenador" siempre se interpuso entre ambos, en el ánimo y en el día a día. Sobre todo porque había sido el propio Unai, que acababa contrato también esa temporada, el que propuso a Pako para convertirse en su preparador físico aunque no era la opción más económica precisamente. Así, la relación profesional entre ambos se fue deteriorando con el tiempo, aunque eso no fue obstáculo ni influyó de manera negativa en los resultados. Eran diferencias de planteamientos, del rol de cada uno en el club y en la toma de decisiones. Emery, que no era hombre de Llorente porque el Valencia lo había firmado antes de la intervención, acabó recelando también de la buena relación entre Ayestaran y el presidente, que venía desde la etapa anterior con Benítez.

Unai y Pako firmaron una buena temporada, la del inicio de la recuperación, que pudo ser mejor si aquel árbitro de infausto recuerdo hubiera señalado el penalti a Zigic en el Calderón, que pudo dar el pase a las semifinales de la Copa de la UEFA. En Europa el equipo se quedó en cuartos y en la Liga acabó tercero con 71 puntos por detrás de los dos transatlánticos, clasificado para la Champions con cierta comodidad quese refleja en los ocho puntos con que aventajó al cuarto, que era precisamente el Sevilla.