«Soy el primero que me examino cada día, al final el tiempo pone a cada uno en su lugar y el futuro ya dictará dónde tiene que estar Pako Ayestaran». Así hablaba el entrenador del Valencia 48 horas después de la victoria en el Camp Nou cuando le preguntaron por las palabras del director deportivo precisamente después de ese partido en Barcelona, que reforzaban de una manera muy contundente sus opciones de continuar la próxima temporada. Cogió al equipo hundido con tres derrotas seguidas en la Liga y recién eliminado en Europa. En apenas tres semanas ha hecho posible la reacción, un cambio de dinámica radical en todos los sentidos que se traduce por el momento en tres victorias de mucho mérito consecutivas. No quiere hablar de su futuro, pero de empieza a hablar y mucho de la posibilidad de que siga la próxima temporada en el banquillo del Valencia CF.

Antes de la salida de Neville, García Pitarch mantuvo conversaciones con otros candidatos entre los que destaca la figura de Manuel Pellegrini, hasta el 30 de junio técnico del Manchester City. Pako, sin embargo, se ha ganado al menos el beneficio de la duda para que tanto el director deportivo como el propietario Peter Lim lo tengan muy presente en sus planes y se planteen darle la oportunidad. En su contra pesa -una vez más- el hecho de su escaso currículum como primer responsable de un equipo de élite, muy claro lo tiene que ver el Valencia para volver a jugársela, pero tiene también sus bazas a favor. Entre ellas el hecho de su conocimiento del club, formó parte del cuerpo técnico que conquistó la Liga en 2002 y el Doblete en 2004 con Rafa Benítez al frente. Vivió además una segunta etapa con Emery y esta es la tercera. Y por supuesto su dominio de la liga española.

Hoy, sin embargo, su principal aval son los resultados y las sensaciones que transmite el equipo desde que asumió el mando de las operaciones. En tres semanas el Valencia ganó los mismos partidos en la Liga -tres- que en cuatro meses con Gary Neville. En una situación límite ha dado con la tecla para activar a unos futbolistas que estaban bloqueados mentalmente, y no lo tenía precisamente fácil. Esos mismos jugadores llevaban meses rindiendo muy por debajo de sus potencialidades y eran duramente criticados por los aficionados y por la prensa. Pako les ha liberado de la presión y los mensajes que transmita el vestuario pueden tener un peso importante en la decisión definitiva.

La cuestión económica

Hay más bazas que juegan a favor de una apuesta como la de Ayestaran. Una, no determinante pero sí importante, es la limitación económica por el hecho de no estar en la Liga de Campeones. Las tres victorias han abierto una vía complicada pero posible de alzanzar la séptima plaza que da derecho a jugar Europa League, pero deportiva y económicamente la Champions es la Champions, garantiza más de 20 millones de euros en los peores casos -como en esta temporada 15/16 en que el equipo no superó la fase de grupos- y eso impedirá aumentar o incluso mantener el presupuesto actual. En esas circunstancias, ahorrarse la ficha de un entrenador de un caché muy alto alivia las cuentas de García Pitarch a la hora de confeccionar una plantilla competitiva.

Luego está la afición. Durante el partido ante el Eibar, Mestalla disfrutó como no lo había hecho más que en contadísimos momentos a lo largo de estos meses de sufrimiento. Acabó haciendo la ola. Como muestra la encuesta que tiene activa SUPER en su edición digital, hay un porcentaje de aficionados por encima del 60% que ya estarían convencidos de que Pako se ha ganado continuar, frente a algo menos de un 40% para los que todavía es pronto para tomar una decisión tan relevante para el futuro, y más después de las últimas experiencias. Quizá el dato no sea del todo contundente, pero Ayestaran tiene todavía algunos partidos por delante para seguir sumando victorias, puntos y opciones de seguir poniendo «difícil» la decisión definitiva a Peter Lim.