Antes de marcharse de vacaciones, a los futbolistas del Valencia se les recordó una norma interna que conocen sobradamente. Para conceder una entrevista a algún medio, antes deben obtener luz verde desde el departamento de comunicación del club. El funcionamiento es exactamente el mismo que durante el resto de la temporada. No varía. Negredo, como todos, lo sabía. Aun así, hizo caso omiso y aunque no fue crítico con el club se saltó los principios de autoridad del Valencia: hizo declaraciones en una emisoria de radio y sus palabras pueden afectar a una negociación. Estos son los motivos por los que el club ha expedientado al vallecano.

La decisión, como ya sucedió con el caso Feghouli „si bien este proceso no es tan severo como el del argelino„, esconde detrás un giro en la línea de actuación del proyecto. Hace un tiempo se produjo una relajación por parte del Valencia a la hora de afrontar este tipo de situaciones, especialmente en la etapa de Gary Neville al frente del banquillo, donde al técnico británico se le hicieron algunos feos que no fueron sancionados. La llegada de Suso García Pitarch primero y la de Pako Ayestaran después han roto con esta tendencia y han puesto en marcha una regeneración de los valores y la cultura del club que han fortalecido la disciplina a nivel interno, algo que seguirá potenciándose de cara a la próxima temporada.

En el Valencia entienden que relanzar el proyecto pasa por muchos aspectos, no solo por lo que sucede entre los límites vísibles del terreno de juego. Es clave volver a implantar un entorno de exigencia. Todos los jugadores „los trabajadores, en definitiva„ se deben al club y nadie puede saltarse las normas a la torera. Ni en vacaciones. Nadie es más que nadie y sobre todo nadie está por encima del escudo. Esa es la idea que se traslada. Por eso, no respetar los códigos ha desencadenado una reacción en contra de Álvaro Negredo, que ayer, en su perfil de Twitter, se defendía de algunas acusaciones: "Yo no exigí nada, te lo aseguro", le decía a un aficionado que le culpaba de bloquear su salida por sus altos emolumentos, "...no maté a nadie".

No hace tanto, al ´7´ se le concedió permiso para atender compromisos de su patrocinador con los medios: no es un problema de opacidad comunicativa. El Valencia no gestiona entrevistas durante las vacaciones de los jugadores y los que están con sus selecciones dependen del departamento de prensa de su federación. Sabía que no podía hablar. No importa si es el futbolista que más cobra de la plantilla o el último jardinero... Ayestaran y Suso se hacen fuertes implantando un entorno de exigencia y disciplina.