"Vamos a arrancar de una puta vez, hay que mantener un orden, como si fuera un partido". Con ese énfasis se dirigía David Caneda, el segundo de abordo de Ayestaran, este viernes a los futbolistas del Valencia nada más comenzar la sesión. La escena, que trataba de contagiar tensión competitiva a los jugadores, refleja los métodos de un cuerpo técnico dispuesto a aplicar mano dura si es necesario para imponerse y recuperar estándares de actitud e intensidad que se han visto difuminados en los últimos meses y son necesarios para relanzar al equipo.

SUPER publicaba una compilación de episodios en los que Ayestaran ha tenido que intervenir para asegurar un entorno de exigencia. La portada se comentaba entre los pasillos de Paterna a primera hora. El técnico quiere reimplantar la cultura de la exigencia y está dispuesto a hacerlo desde el primer entrenamiento. Por ese motivo dio un toque de atención a Parejo. No importa que sea pretemporada. Y es que si el Valencia tiene que esperar a exigir a sus jugadores al mes de noviembre, seguramente cuando lo haga será demasiado tarde. Pako lo hizo de manera protectora con el jugador. La situación con el ‘10’ viene del partido ante el Munster. En el minuto 30 decidió sacarlo del campo y darle entrada a Carlos Soler. Pako llamó al canterano y le ordenó salir rápidamente. "No sé si es que Dani tenía algún problema físico", decía tras su estreno. Lo cierto es que ya había visto bastante. No tragaba con la actitud de Parejo, que no hace fuerza para evitar que la incertidumbre de su futuro se traslade al césped y a la convivencia. El técnico decidió hacer un doble cambio para no señalar al futbolista. Quitó a Lato y dio entrada a Abdennour. Aprieta pero no ahoga. Sin embargo, la actitud de Parejo no cambió y se quedó sin minutos ante el Feyenoord. "Tienes que tener cuidado por si tienes alguna lesión y tienes que sacrificar a alguno y hoy les ha tocado a ellos", justificaba en rueda de prensa. Más tarde, fuentes oficiales confirmaban a SUPER que era una decisión llena de intención para perseguir la reacción del jugador. "El que no entrena bien, no juega", decían.

Ayestaran, en ese sentido, no está dispuesto a negociar. La primera bronca llegó en el primer amistoso. Al descanso y tras el partido. Al día siguiente les puso el vídeo. Exige intensidad desde el primer día. De hecho, como relataba este periódico ayer, ya mandó a Cancelo a correr en solitario antes de viajar a Holanda porque no estaba contento con sus esfuerzos en una sesión.

Nuevos liderazgos

Hay una serie de jugadores dentro del vestuario que se alinean junto al técnico, que goza de su complicidad para implantar este tipo de valores. El caso Parejo es un factor aislado. Uno de ellos es Jaume Domènech, que en palabras a VCF Radio dejaba clara su postura. "Pako quiere volver a instaurar ese clima en el que el Valencia está por encima de todo. Hay que dejarse la piel para que el objetivo sea ganar cada partido y recuperar una identidad de equipo ganador, de bloque, en el que todos vamos a una y se pelea cada balón. Él tiene su filosofía muy clara y la transmite desde el minuto uno. Quiere que vayamos a muerte con esa filosofía. Si marcas unos estándares, nadie se los salta y todos saben que eso es sagrado y hay respeto por ese ideal, las cosas salen bien. Cuando todo el mundo cree en una cosa y nadie se salta una norma eso es éxito porque es ir todos a una. Para estar en el Valencia no vale con hacerlo un día. En este club no se hace un día una cosa, otro día otra. Tenemos que tener todos los días esa ambición para ser un equipo grande. Es un error pensar en intereses personales y todo el que esté tiene que estar convencido de que lo primero es el club, ganar y luego ya vendrá lo personal". Otro es Paco Alcácer, que hace incidencia en que no puede repetirse la pasada temporada y que los jugadores deben aprender "el significado que tiene la palabra Valencia CF y toda la gente que mueve". Así se construye el nuevo Valencia.

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