En apenas dos años Álvaro Negredo ha pasado de ser el fichaje estrella del verano a convertirse en el principal escollo que tiene entre manos Jesús García Pitarch, director deportivo, para lograr que empiece a fluir la anhelada reconstrucción de la plantilla. El 29 de agosto de 2014, tras ganarle 3-0 al Málaga en el estreno de Liga en Mestalla, Nuno Espírito Santo sorprendió a todos. «Va a venir al equipo un delantero que es una bomba, que es muy buen jugador y nos aportará mucho. Mañana hay un viaje y ojalá se cierre? pronto vais a saber quién es», dijo el entrenador portugués. ¿Qué sucedió durante los días previos y posteriores a las palabras de Nuno? ¿Cómo se gestó el desembarco de Negredo?

Batshuayi, Gignac, Llorente y, por supuesto, Negredo. Los cuatro formaban parte de la lista de ´nueves´ que manejaban por entonces el director deportivo, Rufete, y el nuevo técnico. A la caza de una alternativa a las características de Paco Alcácer y Rodrigo Moreno, los dos coincidieron en elegir a Negredo. Así que, aprovechando que el jugador debía estar lesionado del pie hasta finales de año, en los comienzos de agosto el presidente, Amadeo Salvo, y Rufete activaron la negociación con la esperanza de convencer al Manchester City para la cesión del madrileño. No podía ser de otra manera, ya que Peter Lim todavía no era el propietario efectivo y el club no disponía del cash suficiente al que obligaban las demandas citizens, 30 millones de euros. Cabe recordar, por ejemplo, como las negativas del potencial inversor propiciaron semanas antes que el Valencia no afrontase el fichaje de Kouyaté, por siete millones, o una opción por Vietto.

Los días avanzaban mientras crecía la necesidad de un tercer delantero y la llegada de Negredo, en calidad de cedido, se había puesto muy difícil por una simple cuestión económica. Casi imposible hasta que los intereses cruzados del mercado y la aparición en la escena de Jorge Mendes volvieron a hacerlo posible. Eso sí, con una condición sine qua non: A Negredo había que comprarlo. Esa fue la indicación dada por el súper agente a los ejecutivos del club. Mendes, a su vez, estaba inmerso en el intento de que el Manchester City fichara a Radamel Falcao, ´9´ de su cartera, por 60 ´kilos´. Los ingleses precisarían líquido para una operación de tal calado y de que el delantero español dejara vía libre al colombiano.

El mercado de verano entraba en sus últimas etapas y el presidente de la entidad comprobó directamente con Peter Lim como las intenciones del próximo dueño coincidían con las del agente. La caja no contaba con recursos suficientes y la compra-venta del club no se consumaría hasta finales de octubre. Por ello, en ese contexto, Lim se comprometió a avalar con su fortuna personal la compra de Negredo en el supuesto de que a la postre no se hubiera convertido en el propietario de la mayoría accionarial.

El multimillonario de Singapur tranquilizó a Salvo y le animó a tratar de abaratar el fichaje. La eufórica rueda de prensa de Nuno hizo que Salvo, Kim Koh y Rufete viajasen a la mañana siguiente, la del 30 de agosto, a Madrid para negociar, comprometidos y con una cierta desventaja, con los representantes del delantero y del City. El acuerdo, finalmente, se cerró a última hora por 28 millones, aunque en la forma de una cesión con opción de compra obligada para el siguiente año, es decir, una compra a futuro.

Peter Lim asumió la decisión de comprar a Álvaro Negredo. Si no hubiera adquirido la propiedad del club, el vallecano hubiera vivido una historia similar a las de André Gomes y Rodrigo meses atrás con Meriton HoldingAndré Gomes y Rodrigos, poseedores de sus derechos económicos. Mientras tanto, Mendes comprometió su palabra a encontrar una salida al jugador por un precio similar, si Lim así se lo pedía. En las últimas fechas de mercado Negredo y Falcao eran cuestiones paralelas. Txiki Begiristain prefirió no hacer una apuesta de riesgo y Mendes, sobre la bocina, se encargó de que el Mónaco lo cediera al United, rival del City. Negredo, por su parte, sigue en un Valencia bloqueado, debido a los 14 millones de gasto entre su salario y la amortización anual del fichaje.