Dani Parejo ha liberado al Valencia de la ansiedad al transformar un penalti a tres minutos del final contra el Alavés. El de Coslada, que pagaba los platos rotos en Mestalla con el empate debido a un serial de pérdidas de balón, se atrevió a dar un paso al frente en un momento de máxima tensión y lanzar desde los once metros. Era todo o nada. Dani arriesgó y ganó. Al finalizar el encuentro pasaba por zona mixta y hablaba ante los medios por primera vez después de un verano convulso. Su comparecencia no tendría ningún desperdicio. «Me he partido la cara por el club y todos me mataban a mí. He llegado a llorar en casa. Voy con mi familia por la calle y me gritan corre más, que eres un perro», declara en la sintonía de la Cadena Cope, echando la vista atrás hacia los últimos meses.

Ante el resto de medios, unos minutos antes, analizaba la situación con la misma contundencia: «he vivido una situación un poco movida pero es algo que ya es pasado, estoy en el Valencia y quiero darlo todo, estoy contento en lo personal y en lo deportivo, voy a luchar hasta el último día que esté, a muerte por este club». Parejo ha sufrido y necesitaba un partido como el de ayer frente al Alavés. Un guion al borde de la tragedia sobre el que proclamarse héroe de Mestalla por una vez y fulminar reticencias. «Yo personalmente tengo que asumir y reconocer que en la segunda parte, durante unos minutos, no he estado acertado pero por una y más veces que pierda la pelota la seguiré pidiendo y llevando al equipo como creo que tengo que hacerlo, por más que pierda el balón tengo que seguir haciéndolo. Nunca he dejado de creer. Eso es lo que me ha llevado aquí y lo que me ha hecho ser quien soy», explica.