Si hay alguien que conozca bien a Voro y las necesidades del Valencia esos son Arias, Tendillo y Giner. Ellos, junto al técnico interino del Valencia y Camarasa, forman parte de la memoria colectiva del valencianismo como los cinco grandes centrales de una época. SUPER los juntó ayer en Nuevo Centro, donde tuvo lugar la inauguración de la exposición fotográfica ‘Blanquinegre. A 90 minuts de la glòria’, para analizar la situación del banquillo y la labor del de l’Alcúdia. «Olé las narices de Voro», resume Arias en un mensaje que podría haber salido de la boca de los otros dos exvalencianistas. El mítico central admite que hablar de Voro es «como hablar de un hijo, sé que todo lo que hace lo hace desde el corazón y lo hace bien». Para él, lo que hay que analizar, «es la tremenda dificultad que tiene asumir un cargo así y la tranquilidad que le ha otorgado a los jugadores. Ese es su gran mérito, que lo respeten como un entenador a pesar de que los jugadores saben que es su delegado».

Arias destaca que Voro «sigue demostrando que es un hombre en el que se puede confiar y que lo tenemos ahí» y añade: «personas así de válidas y que conozcan tanto el club son necesarias... Hay que tenerlo aquí hasta que se muera, así de claro. Él no te va a fallar. Yo estoy convencido de que Voro acepta ser entrenador y en lugar de ganar dos partidos pierde cinco y lo destituyen. Y se tiene que ir a su casa. Y Voro es de las personas que si no se levanta y se va a la Ciudad Deportiva se moriría». Para Tendillo, el de l’Alcúdia ha conseguido «lo más complicado», es decir, «cambiar la inercia del equipo, de negativo a positivo». El de Moncada explica que este vestuario «está demasiado acostumbrado a agachar la cabeza y hay que levantarlo. Él es uno más de ellos y ha sabido llevarlos. Lo más importante en un vestuario es conectar con los jugadores y él lo ha conseguido». Una reflexión que comparte Ferran Giner, que ve a Voro «capaz», si bien argumenta que ya ha dejado claras sus intenciones de volver a ser el delegado.

Mejor no precipitarse

«Es un hombre de la casa y cumple con la misión que le mandan en cada momento», describe Giner, que lamenta que no hay prosperado el recurso del Valencia ante la RFEF: «Si la opción de Marcelino hubiese sido factible sería el nuevo entrenador pero no ha sido así y me parece bien que no se precipiten en la elección del entrenador. Tras el partido contra el Atleti tenemos quince días por delante, no hace falta precipitarse, más cuando Voro, en una semana, ha hecho un papel importantísimo en el equipo». SUPER preguntó a los tres cuál es el perfil de entrenador que creen indicado para esta situación. La respuesta de Arias es clara. «Me da igual. Que sea honesto, honrado y trabajador. Que se sacrifique y que sobre todo pierda el tiempo necesario para conocer la idiosincrasia del valenciano y del valencianista. Muchas veces la gente se confunde, se cree que si viene un entrenador con un currículum importantísimo se va a saber amoldar a una ciudad o un equipo como el Valencia».

Tendillo, por su parte, insiste en la conexión con el vestuario. Por encima de perfiles: «Lo principal es que conecte con la plantilla, que los jugadores estén con él. No hay más misterio. Ya está. Porque calidad hay con los jugadores que hay. ¿Mucha experiencia? No asegura nada. Aquí vino Parreira, que era campeón del mundo, y no. Si no conectas...». Giner, en esta línea, reivindica la sensibilidad hacia el club y sus jugadores. «El que conoce el fútbol por dentro se da cuenta de que en una semana has conseguido lo que no has sido capaz en tres meses. Llega una situación en la que tienes que dar un cambio de rumbo y si no aciertas en la persona puede ir a peor. Uno que conozca la Liga, los jugadores del Valencia y que sus ideas no sean lo que haya que llevar adelante el primer día. El entrenador se tiene que adaptar a los jugadores inicialmente. Me atrevo a decir que no hacen falta cracks para llevar al Valencia. Lo ha demostrado Voro. Él sí que es un crack porque siendo un hombre de la casa demuestra que puede dominar el vestuario y el aspecto deportivo. ¿Cracks mediáticos? Hay que acertar con la persona», indica.