El día que el Valencia cerró la eliminatoria de la Copa del Rey contra el Barakaldo fue la última vez que Nacho Gil entraba en la convocatoria del primer equipo. Era la cuarta en lo que iba de curso. Había entrado en lista para el empate en Mestalla contra el Barcelona con Voro y Phil Neville en el banquillo, y posteriormente, ya con Gary Neville, se sentó en el banquillo para los partidos ante el Eibar y Olympique de Lyon. Estuvo cerca. Más que muchos futbolistas, pero su oportunidad no llegó a concretarse. Nacho, a diferencia de Zahibo, Iban Salvador, Villalba, Diallo y otros tantos, no tendría la oportunidad de demostrar sus cualidades en uno de los años en los que más canteranos tuvieron la ocasión de debutar. Algo difícil de encajar, tratándose del futbolista más destacado del filial durante la primera mitad de campeonato. Aquella noche abandonaría Mestalla con la sensación de que si no había sucedido ya, difícilmente llegaría a producirse la oportunidad de vivir un debut con el equipo de su vida. Siguió adelante para poder ver realizado ese sueño frustrado, llegó el final de curso y como otros compañeros tuvo propuestas para salir tras dos años en el filial, un ciclo que creía cerrado.

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El Alavés se interesó por sus servicios, aunque finalmente su marcha no llegaría a concretarse. En el último tramo de mercado apareció el Villarreal y lo hizo con una oferta „en firme„ atractiva en lo deportivo y en lo económico. La apuesta era clara. El Valencia, que había dado su brazo a torcer y aceptaba abrirle las puertas de salida para que progresara „siempre reservándose una opción de recompra„ a modo de agradecimiento, reconsideraría su postura de inmediato. «No» rotundo al Villarreal. El mediapunta, una de las joyas de la Academia, no podía acabar en Miralcamp. El tiempo, en este sentido, le ha dado la razón a los responsables de Paterna. Y es que Nacho Gil, después de vivir un verano muy difícil para él, ha vuelto más fuerte. Nacho ha salido reforzado a base de madurez y de mentalidad competitiva. Se ha rehabilitado y en su tercera temporada con el Mestalla se ha convertido en una de las referencias del equipo, llamando otra vez a las puertas del primer equipo. El canterano está a un nivel extraordinario jugando como falso nueve, la posición en la que Curro Torres está exprimiendo su potencial y donde ya lo ubicó Baraja en su etapa juvenil. Desde ahí lidera al mejor Mestalla del siglo XXI, invicto, segundo clasificado y con 14 puntos en seis jornadas. Y desde ahí ha anotado dos de los últimos goles del equipo. El segundo, curiosamente, ante el Villarreal B este fin de semana tras una buena asistencia de Rafa Mir desde el costado.

Dinámica positiva

Nacho firmó el gol de la victoria en casa del que pudo ser su equipo hace unas semanas, un golpe de justicia poética. Está enchufado y dispuesto a ir hasta el final para ayudar al Mestalla para seguir rompiendo registros y que se le vuelva a presentar la oportunidad de vivir un estreno con el primer equipo. No se rinde. Su marcada personalidad competitiva le está dando grandes resultados al Mestalla, al punto que ha desplazado a Mir a la banda y ha sentado en el banquillo a Jordi, un delantero en torno al cual Curro Torres anudaba grandes expectativas. Si continúa a este nivel pronto tendrá su reválida.