La mano de Cesare Prandelli ya se nota en el Valencia. El equipo se parece cada vez más a lo que quiere el entrenador. Es la gran conclusión del amistoso que enfrentó al primer equipo con el Juvenil División de Honor en la ciudad deportiva de Paterna. El italiano organizó un simulacro de su debut a tres días de la visita a El Molinón. Quería ver la respuesta física y, sobre todo, táctica de sus jugadores después de una semana y media de correcciones en el césped y en la sala de vídeos. El equipo respondió ante la atenta mirada en la banda de Prandelli y el propio Suso García Pitarch y goleó 5-0 a los de Miguel Ángel Ferrer Mista con dos dobletes de Rodrigo y Fede Cartabia y un gol de Bakkali. "¡Buena Zakaria!", le felicitaba el técnico. Para algunos solo puede ser una pachanga. Para Prandelli no. Se lo tomó muy en serio. Se dejó la voz desde el banquillo y, lo más importante, acabó contento con lo que vio en los 35 minutos que duró cada parte. Señal inequívoca de que ha conseguido meterle mano al equipo de verdad.

Prandelli alineó un once en la primera parte que apunta a titular en Gijón. En el vestuario cada vez están más convencido de ello. El dibujo 4-2-3-1 parece instaurado, así como la alineación casi idéntica a la de Voro contra el Atlético. Parece claro que habrá continuidad. El equipo era el formado por Alves en la portería, una línea de cuatro con Montoya, Garay, Santos y Gayà, el doble pivote Mario-Enzo, Parejo haciendo de falso mediapunta y un tridente de ataque con Cancelo en derecha, Santi Mina en izquierda y Rodrigo en ataque. El hispano-brasileño repitió como delantero centro y se convirtió en el gran protagonista de la primera mitad. Suyos fueron los dos goles. Prandelli busca un ‘9’ en el mercado de invierno, mientras tanto el suyo es Rodrigo. Ayer se lo ganó con goles.

Más allá del resultado, lo importante era ver por primera vez en acción al Valencia de Prandelli. ¿Y qué se vio? Sobre todo a un equipo más ordenado. "¡Atrás, atrás!", gritaba Cesare. El italiano está obsesionado con el repliegue. Quiere que sus jugadores en el momento que pierden un balón arriba recuperen su posición cuanto antes y esperen organizados al rival. Ese orden también lo trasladó a la presión. El Valencia no será un equipo que presione arriba alocadamente. El jueves lo dejó claro. Apuesta por una presión media y por saber elegir bien el momento de apretar. "Calma, calma... ¡Ahora!", pedía desde el banquillo. También se vio un Valencia más intenso. "¡Forti, forti!", exigía el entrenador en los duelos individuales. Los ajustes defensivos coparon la mayoría de sus instrucciones, pero no la totalidad. Circular rápido el balón es para él una obligación y así lo exigía a sus jugadores: "¡Dos toques, dos toques!". El equipo puso toda la carne en el asador en cuento a actitud y fútbol. Normal que a la finalización del partido alguno de los juveniles alucinara. "Luego dicen que no corren. ¡Si van como aviones!", decía.

Prandelli apostó por un equipo más ‘B’ en la segunda parte en el que extrañó ver a Mangala. Aguantó los 35 minutos, pero no sería descabellado que el técnico diera continuidad a Santos, con el que ha trabajado tácticamente durante los últimos diez días. Sería su primera gran decisión para ganarse el respeto del vestuario. Jaume; Nacho Vidal, Abdennour, Marc Ferris; Carlos Soler, Medrán; Fede; Bakkali; Munir y Rafa Mir completaban el once. En la segunda parte llegarían tres goles más. Dos de Fede y otro de Bakkali tras una jugada de Rafa Mir.