La botella que impactó en Neymar, lanzada por un exaltado desde la Grada Joven, puede salirle cara al Valencia CF, que condenó públicamente el hecho y trabaja en la identificación del lanzador con las imágenes de seguridad. "El Valencia no tolera comportamientos violentos, investigará este incidente y seguirá trabajando para evitar estas acciones", comunicó el club. El hecho de que Undiano Mallenco sólo reflejara el botellazo en el acta expone a la entidad de Mestalla a una sanciónUndiano Mallenco económica e, incluso, a una medida desproporcionada, como sería el cierre del estadio, considerando las provocaciones previas de los jugadores del FC Barcelona.

El árbitro navarro no anotó en el escrito enviado al comité de Competición ni uno solo de los insultos y gestos de desconsideración hacia el público de unos futbolistas tratados socialmente con la etiqueta de 'ídolos'. Neymar, Leo Messi, Luis Suárez y Sergio Busquets. El menosprecio a las aficiones, principal cliente del negocio futbolístico, puede y debe ser castigado tanto por los árbitros como por los comités en pro del tan manido Fair Play. Por ejemplo, en 2000 Pérez Burrull enseñó la segunda amarilla a John Carew por mandar a callar a un sector de San Mamés. Una sanción entonces inédita y que apenas se ha activado cuando el afectado es el aficionado raso, pese a la existencia durante años de la norma.

El reprobable botellazo jamás hubiese tenido lugar si futbolistas de la dimensión de los culés (cuyo comportamiento es observado con lupa por menores de todo el mundo) no hubiesen ido a celebrar el último gol a la grada de animación, con el partido prácticamente acabado y provocando e insultando cual ultras a quienes allí estaban. Ney, Suárez y Busquets prendieron la llama del combustible. Entre los improperios de los tres, las cámaras de 'Cuatro' captaron nítidamente el grito en portugués del brasileño: "¡Ve a tomar por culo!".

Cinco cabezas y una botella

La presencia de los jugadores del Barça tan cerca de la grada, insultando y respondiendo a los improperios, encendió toda la ira. Conscientes de que habían sobrepasado el límite, los jugadores se retraen y se abrazan en corro. Pocos segundos después una botella de agua, medio vacía, cae entre el círculo dando primero a Neymar y de rebote a Suárez. Sin embargo, son hasta cinco los futbolistas que se echan las manos a la cabeza. Además del brasileño y el uruguayo, que se lanzan al suelo, Messi, Sergi Roberto y Mascherano fingen, siendo especialmente teatral la actitud del argentino.

Messi, quien en enero de este año ya respondió con provocaciones y una actitud chulesca a los insultos en el estadio del Espanyol, se giró de inmediato buscando al infractor en la grada mientras replicaba: "¡La concha de tu madre!". Busquets tampoco callaba. "¡Hijo de puta!". Y Messi no paró, decidió volver a encararse a los más fanáticos y dedicarles con rabia el gol con los brazos extendidos. Las palabras ofensivas se multiplicaban en los dos frentes. Grada y campo. Enzo Pérez y Diego Alves acudieron a calmar a los seguidores enardecidos y alejar a los provocadores.

Después de un par de minutos doliéndose en el suelo Neymar, el iniciador de la trifulca junto a Luis Suárez, se volvió hacia el centro del campo pero sin dejar de mirar desafiante hacia la zona de la Curva Nord. Antes de que el Valencia volviese a sacar, el capitán del equipo, Enzo Pérez, buscó al brasileño para recriminarle sus formas. En esos momentos Mangala debió frenarlo, ya que cada segundo estaba más caliente con Neymar. "¡Esto lo haces en tu campo!", le repitió varias y le insultó como reflejó ´Deportes Cuatro´. "¡Es un robo!", gritaba también Enzo Pérez, desesperado. Luis Suárez tuvo que separarlo por última vez de Neymar junior, que no rehuía el duelo dialéctico.

Cerca de la banda de Tribuna, ya en la distancia, Leo Messi seguía incitando al público. El ´10´ envió un beso burlesco a la zona de conflicto. La última provocación de un serial que Luis Enrique analizó con surrealismo: "Lo celebramos como se celebra un gol en el último minuto ante un rival difícil". Lamentable.